OÍR AULLAR UNA VEZ A LOS LOBOS

¿Qué tan fuerte aúllan tus lobos o cuántos cuervos rodean tu corazón?
Fredo Godínez

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I
¿Cómo escribir una reseña de una obra que ya ha sido comentada bellamente por Nicolás Alvarado? ¿Cómo hablar de los problemas de una relación de pareja, cuando hace rato no sé nada acerca del tema?

Mi reproductor musical suena, la gente duerme y yo intento escribir este texto. De pronto, Natalia Lafourcade canta: “y lo que hablamos ahora ya no es el mismo idioma ni razón”. Magia. Encontré mi punto de partida.

Soy de los que cree que uno llega a cierto cuadro, a cierto libro o a cierta puesta en escena por búsqueda temática o por necesidad sentimental. Particularmente me llama la atención aquella expresión artística que busca confrontarme con el tema de pareja, me es tan atractivo al mismo tiempo que incómodo; me es tan necesario y a su vez pongo kilómetros de distancia “porque es imposible borrar las cicatrices de amar y no saber soltar”.

Recuerdo que cuando fui a ver “Oír aullar una vez a los lobos” me maravilló el tema y la forma en que José Alberto Gallardo lleva al espectador por donde se le antoja y como Jessica Sandoval y Francisco Rubio logran que uno se convierta en alguno de ellos.

II
Pero ¿de dónde se origina todo?, creo, supongo que de la siguiente forma: una noche o día cualquiera José Alberto Gallardo entra a una librería y se encuentra frente a la novela “La mujer zurda” de Peter Handke; la lee, se apropia de ésta, se confronta, la digiere y decide jugar con la obra –pues ya es suya–, al ponerla a hablar en el idioma que más se le facilita a José Alberto: el Teatro. Empresa harto complicada, pero Gallardo tiene un don: es un artesano de la conversación y del lenguaje.

La novela de Handke –escrita en 1976– retrata la fallida comunicación que existe en una pareja de clase media, pero sobre todo hace hincapié en el sufrir de la mujer: no puede y no sabe cómo comunicarse con el otro, en este caso: su esposo. José Alberto Gallardo toma lo esencial de la novela de Handke y la adapta a la realidad de una pareja mexicana de clase media y al entorno cultural del dramaturgo; por eso Marianne es una artista plástica y Estefan un burócrata cultural. De entrada, dos entes que a pesar de pertenecer al mismo mundo, tienen distintos códigos y símbolos. Han unido universos por designios amorosos, pero siempre tendrán búsquedas e infiernos particulares. Como, estoy seguro, pasa en todas las relaciones.

Recurriendo a diversas herramientas escénicas, visuales y auditivas José Alberto Gallardo logra que tanto actores como espectadores se sumerjan en una suerte de tour de force mental y sentimental, el cual nos llevará a un espacio-momento donde las reglas del juego han cambiado sin darnos cuenta. Y la vida, en la mayoría de los casos, es así: imprevisible, intempestiva. Ese extraño momento de la vida donde nos percatamos que ya no somos lo que solíamos ser y que el otro también ha dejado de ser quien era. Y entonces ¿qué sigue?

Eso es algo que cada espectador tendrá que responder al confrontar su propia situación.

III
José Alberto Gallardo, a través de la puesta en escena, nos invita a recomprendernos para después reinventarnos y así seguir andando el camino que nos lleve a la meta o algún lugar parecido.

“Oír aullar una vez a los lobos” es una pieza teatral maestra y logra una combinación interesante entre el teatro y la danza; gracias a los talentos dramatúrgicos de José Alberto, los dancísticos y actorales de Jessica Sandoval, así como los propios de Francisco Rubio.

“Oír aullar una vez a los lobos” habla del individuo: sus anhelos, sus miedos y sus aciertos y como éstos pueden anularse o potencializarse al lado de su pareja.

IV
Si en la canción de Natalia Lafourcade los cuervos van por los restos amorosos del ser, en la obra de Gallardo los lobos aullando son, probablemente, esos pinches miedos hijos de su puta existencia que no nos dejan ser.

Por mi parte, sigo escribiendo y les dejo una frase, que más bien es un poema que viene muy al caso: “Nunca se está junto a otro,/ sólo se va junto a otro.” (Pedro Ángel Palou).

“Oír aullar una vez a los lobos”
Dramaturgia y dirección: José Alberto Gallardo.
Reparto: Jessica Sandoval y Francisco Rubio.
Un Teatro: Nuevo León #46, Col. Condesa (Frente al Parque España).
Sábado 8:00 P.M y domingo 6:00 P. M hasta el 6 de marzo.

A ESPALDAS DEL MUNDO

A TRAVÉS DE CUATRO VIÑETAS INTROSPECTIVAS
Fredo Godínez (@AlfiePingtajo)

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I
¿Qué sentido tendría el amor, cuando éste nos conduce a la muerte carnal y al mismo tiempo nos encamina a la vida trascendental?; ¿qué simbolismo tendría aventarse del piso 33 de un edificio agarrado, aferrado a la mano de la mujer u hombre que amas? o ¿qué escribirían los forenses en su reporte al encontrar a una pareja muerta de un sólo disparo al mismo tiempo; le llamaría suicidio o amoricidio? ¿Qué sería más valioso para un ser humano: vivir acompañado toda la vida y tener una persona con la cual morir al mismo tiempo por elección y no por accidente?, preguntas, extrañas cavilaciones que uno le quedan al enfrentarse a la más reciente obra de Xavier Villanova: “A espaldas del mundo”.

II
Xavier Villanova experimenta y expone al mismo tiempo; no se anda por las ramas, no tallerea, no descansa el guión; lo que puede volverlo inalcanzable o incomprensible para el espectador y en otras ocasiones genera un golpe que tardas en detectar la zona que afectó. Empero, esta ocasión el espectador se encuentra, quizá, ante uno de los textos más completos del joven dramaturgo. Aguas, no se ponga entre líneas ninguna otra cosa; simplemente “A espaldas del mundo” cumple con algo que -de unos años para acá-, busco tanto en la literatura como en el teatro o en las artes plásticas y visuales: sentir que la voz o la entraña del autor la que me está hablando y no su intelecto.

Esta ocasión Villanova para no caer en lugar común opta por transgredir al espectador, se transgrede a sí mismo. Experimenta con su propia estética personal y opta por otros caminos; permitiéndole un mejor desdoblamiento.

III
“A espaldas del mundo” es Villanova al desnudo: el niño que lleva dentro y que rara vez muestra; el intelectual que seguidamente habla; el dramaturgo que domina la teoría y que busca innovar, romper, ir contracorriente y el hombre que actualmente se reconoce enamorado. Es un homenaje a todos sus héroes y demonios personales, es un “éste que ves actuar soy yo y no sé si alguien me entienda, pero me atrevo a gritarlo”. Es un reconocimiento al contrario: es cierto que me concibo aislado, pero al mismo tiempo necesito de tu compañía en la distancia. Es reconocerse en su par, es romper el caparazón protector, es quitarse el casco de astronauta en pleno alunizaje.

“A espaldas del mundo”, casi como toda obra que conlleva sumergirse en sí, es una invitación a emprender un viaje por los paisajes más oscuros, puros e intelectuales del dramaturgo que es Villanova. Pero probablemente a “A espaldas del mundo” sea otra cosa y no lo que estoy escribiendo; tal vez tan sólo sea un viaje narrativo o una introspección ¿literaria? gritada a los cuatro vientos.

En el poco rato que tengo de conocer, tratar y conversar con Xavier Villanova, ya sea a través del Teatro o del dialogo natural que se da (o debería dar entre dos personas parlantes); debo decir que es un intelectual que está en constante búsqueda y que expone sus resultados a través del Teatro.

IV
Lo único real es que esto es una extraña invitación a verla y a crear su propia versión. Nunca confíen en la mía, porque no tengo poder. De hecho, no deberíamos de confiar en el juicio estético de nadie, pues al final es subjetivo y no necesariamente se parecerá a lo que uno, como individuo, es capaz de generar.

“A espaldas del mundo”
Dramaturgia y dirección: Xavier Villanova.
Reparto: Laura Camés y Xavier Villanova.
El Tintero de los ironistas: Av. Cuauhtémoc #875. Col. Narvarte (a un costado de Metro Eugenia.
Jueves y sábado 8:30 pm
Todo el mes de Marzo.

POZOLE

O LA VENGANZA DE LOS ANACRÓNIDAS

Un buen actor puede ordenar a un público con un sólo movimiento.
Robert Wilson

Por Viridiana Nárud @viridianaeunice

pozole

“¿Por qué aceptar una segunda categoría en nosotros o en los otros? ¿Por qué tenemos que reír si no es divertido? ¿Por qué tenemos que suspirar por algo harto sabido? ¿Por qué tenemos que sorprendernos de aquello previsible? ¿Por qué lo hacemos? Lo hacemos porque necesitamos reír, suspirar, sorprendernos”. Dice David Mamet en su libro ‘Verdadero y falso herejía y sentido común de actor’.

Como público asistimos al teatro a hacer catarsis o en el peor de lo casos, a entretenernos. Sin embargo, la industria del entretenimiento tiene objetivos claros, como hacer pasar un buen momento al consumidor. Ya que éste paga por diversión o una emoción previamente anunciada. Empero, cuando asistimos a recintos institucionales con producciones independientes que tienen una búsqueda como autor, deseamos ver algo extraordinario.

‘Pozole o la venganza de los anacrónidas’, es el resumen del mito griego de Cronos con algunas variantes. Tres personajes que se creen descendientes divinos se reúnen anualmente para hacer la cena ritual que los une con su padre. La variante es que éste no asistirá. También toman frases de Sigmund Freud para proyectarlas en un ciclorama para complementar, y no dialogar, con aquello que no se logró mostrar en escena.

Esta obra es un ejercicio escénico que vio previamente la luz, a pesar de que ya ha tenido temporadas anteriores no deja de ser un ejercicio. Hacen falta mejoras en la dramaturgia ya que el objetivo es poco claro, hace guiños a la farsa, a la tragedia, a la pieza sin lograr consolidarse en un ningún género, también cabe mencionar la nula tensión dramática. Si bien es cierto que en la actualidad no existen géneros puros, la variación y mezcla entre ellos debe tener como objetivo narrar una trama -en el caso de obras que sí tienen como intención revelar una historia. Pero cuando el escritor es un aprendiz, entonces debe ceñirse a ciertas normas y reglas que le permitan dominar la escena y el drama. De no ser maestro o carecer del oficio del dramaturgo es mejor no hacer este tipo de experimentos, ya que el resultado es un ejercicio y no una obra terminada.

Cuando hablo de la obra terminada me refiero a que el artista tiene previamente procesos de ensayos o laboratorios para mostrar la obra y, que ésta no vea la luz como un producto no terminado. Ya que todo producto manufacturero que deje ver sus costuras es un producto defectuoso. ‘Pozole o la venganza de los anacrónidas’, es un ejercicio escénico el cuál deja ver claramente sus costuras. Falta trabajo y autocrítica por parte de los creadores.

Es cierto que la obra tiene momentos que te hacen reír y que están bien logrados. Pero el final en la historia es tan previsible que el espectador pierde interés rápidamente. ¿Por qué entonces ríe el público? Porque tiene la necesidad de acompañar a estos jóvenes actores con la esperanza de reencontrarse a sí mismo (anagnórisis), de purificarse (catarsis), o, como dice David Mamet, porque tiene la necesidad.

POZOLE O LA VENGANZA DE LOS ANACRÓNIDAS
Dirección: Héctor Iván González, Guillermo Revilla, Edgar Valadez.
Dramaturgia: Héctor Iván González, Guillermo Revilla, Edgar Valadez.
Elenco: Héctor Iván González, Guillermo Revilla, Edgar Valadez.
Teatro Sergio Magaña (Sor Juana Inés de la Cruz núm. 114, colonia Santa María la Ribera.)
Jueves y viernes 8:30pm
Hasta el 11 de marzo

PARA LA LIBERTAD, MÉXICO 68

CRÓNICA DE LO INEXISTENTE
Por Óscar Alberto Fontana* (@fontanaoscar)

ParaLaLibertad

Un par de adolescentes ven imposibilitado su romance en medio de los acontecimientos ocurridos en el México de 1968. Mario (estudiante de artes plásticas de la academia de San Carlos) pretende a Lucía (hermana de uno de sus compañeros) quien vive bajo la represión de su madre. Sin embargo, esta no es la única “represión” de la cual Lucía y los demás estudiantes son víctimas, sino también la que el gobierno ejerce sobre ellos. Todo esto, aunado a una serie de vejaciones y acciones presumiblemente homófobas que finalmente los impela a alzar la voz y manifestarse.

El melodrama se sirve de canciones de Joan Manuel Serrat para contar la historia escrita y dirigida por Omar Olvera. Es necesario mencionar que el texto resulta inverosímil y el tratamiento que se le da a los personajes dentro del contexto que pretende, están claramente disminuidos en intensidad emotiva. Hay un flagrante desconocimiento y dominio del contexto histórico por parte de Olvera. El autor no logra un planteamiento que sustente un desarrollo y un desenlace lógicos, porque no tiene claro el objetivo a nivel estímulo-respuesta con su espectador. Luego entonces, la anécdota se diluye entre las canciones, las coreografías y el ensamble. El autor abandona la idea con la que inició, se olvida de ella y la ofrece al espectador de la manera más simple: se ve obcecado por el “atractivo” de un musical de karaoke. La indolencia con la que fue escrita, definitivamente justifica que le falte desarrollo y motivos esenciales para que los personajes reaccionen de la manera que lo hacen. Están totalmente desprovistos de cualquier recurso para sustentar sus acciones, entonces volvemos al inicio del párrafo: la anécdota se vuelve inverosímil.

El trabajo actoral es, en parte, resultado de lo anterior. Para que la ficción genere un movimiento emotivo en su espectador, debe ser construida con verdad; en este caso, los actores están preocupados por hacer emerger emociones que es claro que no están sintiendo, se vuelve entonces un montaje falaz.

Estamos ante una obra que tiene toda la intención de trascender, de generar algo, pero desgraciadamente no es así. Si fuese el caso, el público no podría dejar de hablar de lo hostil que le resultó reencontrarse con hechos tan aciagos como aquellos. Se sentiría aterrada ante la posibilidad de que eso pudiera volver a suceder si no se trabaja en un cambio. Pero nada sucede, el público no sale modificado de ninguna manera.

El teatro siempre ha sido una respuesta y un reflejo de lo que está sucediendo en cada país. México está, quizá, en un momento en el que vivimos y aceptamos la mentira como parte de un sistema al cual nos hemos alineado.

PARA LA LIBERTAD, MÉXICO 68
De: Omar Olvera
Con: Pía Aún, Mario Sepúlveda, Axel Alcántara, César Jonathan, Irene Rodríguez, Joana Domínguez, Mayte de Samaniego, Jimena Cornejo.
Miércoles 20:30Hrs
Teatro Milán
Lucerna 64 esq. Milán, col Juárez

*Actor / Dramaturgo / Teatrista

Facebook.com/oscaralfontana

OLER LA SANGRE

NO SALDRÁS ILESO

Por Huitzi Catalán

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Uno no puede entrar a ver “Oler la Sangre” y salir ileso, intocado. Es curioso el mecanismo por el cual el teatro logra esto: hacernos entrar en la escena sintiendo que está en juego nuestra propia vida, transmitirnos una identificación total con los personajes, las situaciones o ciertos momentos. “Oler la Sangre” logra hacernos salir de nuestra butaca y que la dramaturgia hable de nosotros, de nuestra historia.

Un equipo súper joven de productores y director presentan una puesta en escena que en la sobriedad de una escenografía que utiliza únicamente un vitral con un sol casi metafórico y un reloj constante, esta obra nos lleva al Mar, a pueblos lejanos, a casas íntimas. “Oler la Sangre” brilla por el texto y por las actuaciones, la escenografía permite que brillen.

El texto nos narra una historia sobre el amor fraternal roto en algún momento por una serie de circunstancias; un cariño que se queda a la espera, pero que no se agota y redescubrirlo es redescubrir nuestra vida con todo y sus heridas. Se trata de una dramaturgia limpia de lugares comunes, obviedades, explicaciones y otros vicios, y con un cuidado especial en las palabras que usa y en qué momento las usa. Me sorprende especialmente los momentos de humor, como válvula de escape, tan inocentes y tan bien puestos.

Todo el montaje tiene un sello muy Arrevillagaesco (referente al reconocido director Hugo Arrevillaga): escenografías sobrias, muchos juegos con la luz y elementos mínimos muy simbólicos, el diseño sonoro, hasta la dramaturgia tiene el sello de lo que elegiría Arrevillaga; más allá de que esto lo notarán quienes conocen (y admiramos, en mi caso) el trabajo de Hugo, no se convierte en ningún defecto para la obra, solo una anotación al margen.

Victor Huggo Martín y Adriana Llabres se combinan maravillosamente: se trata de actores que entienden profundamente a sus personajes; su historia, su huella de dolor, sus alegrías ocultas; se trata de actores que se imbuyen completamente en sus personajes y en la historia.

Mención especial merecen la iluminación a cargo de Miguel Moreno y la música original de Brandon Torres; música e iluminación permiten de manera sutil que nos trasportemos hacia los momentos y lugares que plantea la obra y que la acción avance de manera natural.

El trabajo actoral y el magnífico trazo escénico, me hablan de un director que entiende su obra y la forma de transmitirla. Me quedo con la inquietud de estar atento al trabajo de Ro Banda, que si ya es interesante, en el momento en que pueda subvertir la sombra Arrevillaguesca y desarrolle una voz propia, será interesantísimo.

OLER LA SANGRE
Dramaturgia y dirección Ro Banda
Teatro La Capilla (Madrid 13, Coyoacán)
Lunes 20:30 hrs, $200
Hasta el 29 de febrero

LA GRAVEDAD DEL SILENCIO

INTERESANTE POR MUCHAS RAZONES

Por Huitzi Catalán

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Interesante. Si me preguntan sobre la obra La Gravedad del Silencio diría que es interesante. Y bien podrían decirme que puede ser interesante bueno o interesante malo, que decir “interesante” no es decir mucho.

Tendría que explicar: la obra es interesante porque desarrolla, y desarrolla bien, varios juegos del lenguaje, como alternar entre diversos tipos de narradores, y de formas de diálogos. Es interesante porque juega con el espacio escénico, haciendo referencias a romper la cuarta pared e interactuar con el público; incluso se sale del escenario formal y lo extiende hacia la butaquería y hacia un espacio externo con medios audiovisuales.

Es interesante porque los personajes dialogan con los actores que los encarnan y hasta con la música, la escenografía y las transiciones. Es interesante porque combina escenas completamente narrativas con otras de pura pantomima y algunas mixtas.

También usaría “interesante” como eufemismo para no decir que echa mano de una anécdota por demás gastada y sin fuerza; cuenta la historia de amor entre dos artistas con conocidos estereotipos: azotados, intensos, bohemios.

Se nota un gran trabajo de dirección de Roberto Eslava, sobre todo en el trabajo con los actores, pero también porque es un gran reto para la dirección ensamblar lenguajes y momentos tan distintos en el juego escénico.

Creo que la dramaturgia de Xana Sousa y Jorge Chávez Caballero es debilona, porque no escapa de lugares comunes sobre un tema muy tratado; es una dramaturgia debilona porque al texto le falta fuerza para transmitir e involucrarnos en el drama. Las actuaciones cubren, de alguna forma, esta debilidad del texto. En escena destaca Jorge Chávez por encima de Xana Sousa, desplegando una maravillosa técnica de pantomima, que sorprende por sí misma.

LA GRAVEDAD DEL SILENCIO
Dramaturgia Jorge Chávez y Xana Souza
Dirección Roberto Eslava
Foto: Ernesto Reynoso
Jueves a las 20:30 hrs, $200.
Teatro La Capilla (Madrid 13, Coyoacán)
Hasta el 25 de febrero

LA BELLEZA

NOS FALTÓ LA EMOCIÓN

Las cosas que tú dices ser bellas, si lo bello es alguna cosa, ¿serán por lo bello mismo?
Sócrates.
Por Viridiana Nárud @viridianaeunice

LABELLEZA
‘La Belleza’ obra escrita y dirigida por David Olguín hace un cuestionamiento acerca de los conceptos de la belleza y su realidad. Está inspirada en la vida Theodor Lent, esposo de Julia Pastrana, conocida como la mujer oso, puercoespín. Julia, fue una mujer que nació en Sinaloa a principio del siglo XIX y fue parte del freak show de Theodor. Murió a los 26 años al dar a luz.

En conferencia de prensa, David Olguín, dice que es una historia de pasión. En teoría el espectador debería ver cómo este personaje masculino, interpretado por Laura Almena, cae en un abismo de perdición provocado por esa pasión que ha despertado esa mujer quien resulta hermosa para los ojos de ese hombre. También nos dice Olguín, que con esta obra trata de regresar la emocionalidad al teatro, aunque se encuentra fragmentada por cuadros y escenas, sin perseguir una lógica narrativa clásica del teatro, y sin llegar a ser posdramático.

Lo cierto es que esta obra se queda corta al tratar de mostrar la emocionalidad de los personaje en escena. Nunca logramos ver la perversión, el amor y pasión de estos dos personajes. Lo que si vemos son cuadros escénicos que el director ha creado y que a los actores, pareciera, les gusta llegar a esa pose para mostrar la belleza de la obra. Sin embargo, la creación estos cuadros en la obra no refleja ningún tipo de emoción y sí una estética plástica.

Henri Cartier-Bresson decía acerca de la fotografía que ésta debía ser como un cuento de Maupassant. Es decir narrar una historia. Así que si un director de teatro está preocupado por crear un cuadro que pueda ser fotografiado tendría que preocuparse porque esta imagen no sea sólo bonita, sino que cuente una historia al ser retratada y que el espectador pueda recordarla eternamente preguntándose qué es lo que pasa en la escena.
La historia del teatro ha mostrado la evolución en su narrativa y cómo ha sido capaz de adentrarse en la psique de los personajes dejando ver los abismos a los cuales puede hundirse el hombre, exponiendo los cambios en las sociedades. Tal ha sido su cambio que ha llegado al posdramático. Empero, Olguín pareciera intentar generar una fusión entre el pasado y el presente del teatro. Sólo que no regresa esa emocionalidad a la cual él apela. Aún se encuentra lejana.

“La Belleza” de Olguín no muestra la decadencia de ningún personaje, aunque en el discurso del autor se dice que sí. Por ello hago este señalamiento. Porque no se ha mostrado y, sobre todo, no se ha sido congruente con el discurso del autor ya en escena.

David Olguín ha dicho que desea regresar la emocionalidad al teatro, entonces, que muestre las emociones de sus personajes o sus carencias. Porque que un actor llore durante una hora no significa que el espectador haya hecho conexión. Eso lo puedo decir ya que mi acompañante se durmió durante la obra. Ese es el público el que me ocupa. Un público que no desea saber de teatro ni alabar a nadie, sino que desea sentir algo al ver la obra.

Las actuaciones de Mauricio Pimentel, Laura Almela y Rodrigo Espinosa no muestran nada nuevo que no hayamos visto antes en ellos. Una Almena quien al iniciar la obra con una tesitura emocional tan alta, ya no logra ir a otro lugar. Pimentel, quien interpreta a una mujer de quien se dijo era una dama, se encuentra sobreactuado. Y Rodrigo Espinosa, siempre es impecable.

La pregunta para David Olguín, quien es maestro en la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) es, ¿para quién hace teatro? ¿Para sus jóvenes alumnos quienes admiran su trabajo? O ¿para ese público que busca un encuentro consigo mismo a través del otro?

La sociedades han cambiado, dejemos que esos cambios permeen al teatro mexicano. Tal vez de esa manera las audiencias comiencen a crecer y dejemos de ver a nuestros amigos en los teatros.

LA BELLEZA
Dirección y dramaturgia: David Olguín.
Elenco: Laura Almela, Mauricio Pimentel, Rodrigo Espinosa.
Jueves y viernes 20:30 horas, sábados 19:00 horas y domingos 18:00 horas
Boletos: Entrada general $200. Descuento a estudiantes, maestros, INAPAM $100.
Del 11 de febrero al 10 de abril

LA DECONSTRUCCIÓN DE PAULA

NEGARSE A SER QUIEN SE ES

Llegar a ser quien eres y no quien debes ser.
Una máxima del destino

Por Viridiana Nárud @viridianeunice

DECONSTRUCCION

“La deconstrucción de Paula” aborda la problemática de una mujer que se ha negado a ser quien es para formar parte del estereotipo social y materno acerca del ser mujer y cómo es que ésta debe comportarse. Cansada de la imposición social, Paula, cuestiona ¿qué es ser mujer?

La autora y actriz de la obra Fatima P. Arias, aborda de manera muy literal la problemática entre la madre verdugo y la hija víctima de los deseos de ésta. Si bien es cierto que el subtexto queda aniquilado, se encuentra una puesta en escena en una búsqueda, tratando de crear un discurso con el espectador y creativos, como escenografía, vestuario e iluminación.

Es cierto que el ritmo cae varias veces, no sólo por la dirección sino por un problema del texto que en ocasiones se muestra confuso en abordar el conflicto, ya que hace giños a la vida transgénero de una niña, sólo que ese tema se queda en las tinieblas sin ser abordado nunca. Sin embargo, es un trabajo honesto que merece ser visto ya que hace una reflexión ontológica que a todos nos interesa, ¿quién soy?

LA DECONSTRUCCIÓN DE PAULA
Autor: Fátima Arias
Director : Ireli Vazquez
Reparto: Fátima Arias / Alina Hernández
Género: Contemporáneo
Teatro El Granero
Paseo de la Reforma y Campo Marte s/n, Paseo de la Reforma, Miguel Hidalgo, 11560 Ciudad de México, D.F.
Jueves y viernes a las 20:00 horas, sábados a las 19:00 horas y domingosa a las 18:00 horas.
Hasta el 14 de marzo. Boletos en Ticketmaster

CONTRACCIONES

UNA EMPRESA PUEDE ARREBATAR EL ALMA

“La tristeza de un alma es expresada en la belleza de las cosas”. Alex Gibney

Por Viridiana Nárud @viridianaeunice

CONTRACCIONES

En una sociedad donde el silencio y la falta de empatía imperan, tal vez sea necesario observar los pequeños detalles para entendernos con el otro, como observar aquello que expresa su cuerpo. El cuerpo no miente, dice un viejo dicho.

Todas las tardes, a las seis de la tarde, que camino por la avenida Insurgentes, puedo ver un desfíle de lo que he nombrado “la marcha zombie”. A esta hora todos los godinez salen de sus oficinas para regresar a sus casas. La mayoría de las personas parten apresuradas con audífonos puestos, su mirada fija en su celular, su cuerpo comprimido. No desean el contacto humano, sin embargo, se pasan -la mayoría de las veces- en facebook tratando de mostrar su “maravillosa vida” dentro y fuera de la oficina, jugando candy crush o, esperando el viernes para emborracharse con sus colegas de oficina.

Su trabajo, en muchas ocasiones ha absorbido su capacidad de interactuar con el otro. Por ello no es de extrañarse que las relaciones amorosas y amistosas se den dentro de la oficina. Pero ¿qué pasa cuando tu único medio de interacción -como la oficina- con el otro te impide relacionarte? Eso es lo que trata de abordar ‘Contracciones’ obra de Mike Bartlett (Reino Unido).

En palabras del director esta obra trata de demostrar cómo es que “las empresas desean tener el control absoluto de tus deseos y la vida de los empleados” ya que mejoran su productividad. El tema resulta sumamente interesante para todos aquellos que trabajan para grandes corporativos transnacionales o burócratas que han perdido su vida, literalmente, en sus puestos de trabajo.

La gran tarea del director en esta obra es acercar esta problemática, que pareciera lejana, a un país como el nuestro. ¿Por qué parece lejana? Debido a la falta de empresas trasnacionales que permitan la fácil contratación. Para pertenecer a una de estas empresas y tener grandes oportunidades de crecimiento económico y profesional, como mexicano, debes haber estudiado en alguna de las grandes escuelas privadas en México. Con grandes, me refiero a su alto costo.

Una de las principales problemáticas de la obra es la falta de empatía con espectador, y no es por la dramaturgia. La elección del director de mostrarnos un diseño escenográfico que no es funcional debido a que entorpece la visión del espectador, sin lograr dibujar un mundo que genere un símbolo, hace que la fuerza dramática de los personajes se pierda conforme transcurre la obra. También los trazos de dirección son poco afortunados aunque logran una coreografía entre las actrices. Realmente estos trazos no dicen mucho en acciones que dialoguen con la vida interna o externa del personaje.

La iluminación se encuentra llena de matices que hablan de la vida interior del personaje, es parte esencial para comprender qué les sucede. En las actuaciones nos enfrentamos ante una Aída López, quien ya hemos visto en diferentes puestas en escena, demasiado técnica. Es una actriz que se repite a sí misma, empero, es necesario mencionar que esa rigidez actoral permite que este personaje “de la gerente” se vea nutrido y adecuado en escena. En el caso de Carmen Mastache vemos a una actriz entregada, que ha sabido matizar los estados de ánimo por los cuales su personaje habita, llevando al espectador a un viaje donde la soledad de este espíritu y desolación, acompañado de humor negro, prevalecen.
En una dramaturgia tan interesante como la que se nos presenta en “Contracciones” sería necesario poner atención en el silencio de aquello que no es nombrado, como esa falta de voluntad en las personas a cambio de dinero. La historia detrás del arte. Por ejemplo, la muerte de Young, trabajador de Foxconn, quien se suicidó por haber perdido un iphone dentro de la empresa.

El arte expresa con belleza la tristeza de las cosas, y aunque existen problemáticas en esta obra debido a la dirección de Alejandro Velis, no está demás verla y ver cómo una empresa puede arrebatar el alma, voluntad y amor a las personas.

CONTRACCIONES
Dirección: Alejandro Velis
Dramaturgia: Mike Bartlett.
Con: Aída López y Carmen Mastache
Funciones: Lunes y Martes 20 hrs. Hasta el 23 de febrero.
Dónde: Teatro El Granero de Centro Cultural del Bosque. Paseo de la Reforma y Campo Marte s/n, Paseo de la Reforma, Miguel Hidalgo, 11560 Ciudad de México, D.F.
Boletos en Ticketmaster.

LA ANARQUISTA

INCOMODIDAD ANTE LA ZONA DE CONFORT

“Los atormentados no pueden ser liberados por la psquiatría. No la necesitan. Les hace falta amor”.
David Mamet
Por Viridiana Nárud @viridianaeunice

anarquista

David Mamet es un dramaturgo, ensayista, guionista y director de obras de teatro y cinematográficas. Ha escrito obras que han sido nominadas al “Oscar” y ganó el premio Pulitzer. En la película “El cartero siempre llama dos veces”, Mamet pone en la gran pantalla todas sus teorías y reflexiones acerca de la buena escritura. Pensamientos que podemos encontrar en el libro “Los tres usos del cuchillo”. Además, Jack Nicholson, un actor que se dio a conocer -en su juventud- por la buena elección de historias, interpreta al personaje principal de esta película. Todo esto es sólo para enunciar la importancia del autor.

Mamet se ha convertido en un referente en la dramaturgia y el cine por la creación de sus diálogos y situaciones dramáticas, siempre inesperadas y de un ritmo imperante; además de sus ensayos. Por lo tanto, al ir a ver las obras de este autor, el espectador tendrá pocas veces para quedarse en una zona de confort.

“La Anarquista”, dramaturgia de David Mamet, trata de una mujer encarcelada por haber sido partícipe de un atentado terrorista en el cual murieron dos policías. Treinta años después de haber sido encarcelada pide ser liberada ya que su padre se encuentra gravemente enfermo.

“La Anarquista”, se presenta en el Foro Lucerna, es dirigida por Enrique Singer, director que se ha dado a conocer por sus múltiples facetas y la elección de sus obras. Singer, no se repite a sí mismo y trata siempre de cambiar. No es la primera vez que toma en sus manos una obra de este escritor. Ya antes vimos su trabajo en “Oleana” y “El éxito a cualquier precio”.

En esta ocasión, no vemos a un Singer cobijado por las instituciones y sí por un grupo joven que está dispuesto a arriesgar todo para obtener éxito en taquilla, Petit Comité, producción que está a manos de Samuel Sosa y cuestionar qué se gana o pierde en esta otra cara del director.

Al hablar de las actuaciones de Lisa Owen y Marina de Tavira, habrá que ser puntual en una falla que afecta la interacción y atención del espectador. En el inicio la voz de Lisa Owen, quien interpreta a La Anarquista, es muy baja y difícil de escuchar. Conforme pasa la obra, la actriz se muestra más segura y domina el escenario con su presencia y todo se acomoda en un lugar en donde la fuerza del diálogo nos sumerge en un abismo que nos hace cuestionar no sólo nuestro interior, sino a nuestro gobierno. Cito a Mamet para explicar lo que sucede en esta puesta en escena ‘los actores […] emocionan al público ante su interpretación porque (el espectador) teme por su alma’.

En la iluminación, a manos de Gabriel Pascal, se nos muestra un mundo demasiado literal. En este caso sería necesario citar a William Blake, ‘nada real puede tener un comienzo literal’. En eso radica la belleza el arte, porque muestra la realidad de una manera libre sin ataduras a una lógica racional. Sería necesario que Pascal nos dibujara a través de distintos matices lumínicos la realidad emocional de los personajes y, de esta manera sumergirnos en la magia del hecho escénico.

La grandeza de los directores que llegan a una edad con reconocimientos y éxitos de taquilla, no sólo radica en la elección de sus compañeros creativos que darán vida a la imagen que se ha generado en su imaginario; también se expresa en la capacidad de riesgo y no repetirse. Así es como se nos muestra esta puesta en escena, anárquica y, un Singer que reafirma su incomodidad ante la zona de confort. El riesgo que toma el director, es algo que vale la pena correr ya que deja una sensación de impotencia no sólo por la vida del personaje, sino por la situación que hoy vive el mundo.

Dirección: Enrique Singer.
Dramaturgia: David Mamet.
Actuaciones. Lisa Owen y Marina de Tavira.
Escenografía e iluminación: Gabriel Pascal.
Dónde: Foro Lucerna.