Reseña: LA TÍA MARIELA: UNA OBRA ENTRETENIDA

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)


“La tía Mariela” es una obra escrita por Conchi León. Para quienes conocemos su trabajo, sabemos que gusta del relato popular y darle voz a través de actores. Este caso no es la excepción. Tres primas se reúnen para contar cuentos de las mujeres en su familia, el pretexto: la muerte de la tía Mariela.
La dirección de Francisco Franco hace que esta serie de relatos encuentre ritmo gracias a un ensamble que mueve y cambia objetos, al mismo tiempo que bailan y cantan; apoyándose también en la escenografía, ya que durante casi toda la obra las actrices permanecen sentadas.
Conchi León, Monserrat Marañón y Alejandra Ley muestran su carisma ante el escenario. “La tía Mariela” es una obra entretenida que se dirige a un público que busca una comedia suave y al final tomar café.

La Tía Mariela
De Conchi León
Dirección Francisco Franco
Con. Conchi León, Monserrat Marañón y Alejandra Ley.
Temporada Jueves y viernes 20:30 horas; sábado 18:00 y 20:00 horas; domingo 18:00 horas. Hasta hasta el 3 de marzo.
Centro Cultural Helénico.
Boletos $450 y $160

LA CRÍTICA COMO ARTE

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

La figura del crítico de arte en la actualidad se encuentra un tanto desdibujada. A veces no logro comprender si son esos personajes saturnianos que se sientan en primera fila mientras afilan sus uñas y señalan los errores del artista o esos bonachones que son amigos de los artistas que aplauden todo su arte.

No acuso al crítico que su papel se encuentre desdibujado en un lugar en donde el Arte, con mayúsculas, también pierde fuerza y capacidad de cuestionarse a sí mismo. Pero sí señalo su incapacidad de cuestionar su propio oficio y el de los otros. Como dice el dicho popular: ¿Por qué señalas la pelusa en el ojo ajeno si no ves la pelusa que traes en tu ojo?

La crítica no sólo tendría que ser un ejercicio racional y emocional, también tendría que involucrar el ejercicio del lenguaje. Cuántas veces nos hemos leído una crítica en donde pareciera que sólo se llenan formularios para hablar de la obra: La magnífica, la imperdible, la grandiosa, la bellísima… ¿qué nos dicen como lectores estas palabras?

El uso de las palabras grandilocuentes señala un vacío en su contenido. ¿Por qué es bella, grandiosa, por qué el maestro…? ¿Por qué trasladar la sumisión teatral a la crítica? Si tú no has sido parte de un casting o un examen de admisión a una escuela teatral, te digo que piden completa sumisión por parte del alumno y actor. Cuestionar al maestro es un atentado que conlleva el rechazo de las instituciones. Cuestionar está prohibido. Críticos, cuestionemos a los “grandes maestros”. Nosotros no necesitamos ser parte de un Sistema, necesitamos cuestionar al Sistema para que el Arte no deje de ser cuestionado y muera.

Si el teatro parece muerto en la actualidad es porque también la capacidad crítica se ha perdido. Con esto no quiero decir que el crítico debe ser impulsado sólo por el odio, también por el amor. El oficio del crítico es también un arte, no una formula.
Para ello es necesario preguntar de nuevo ¿qué es el arte en la actualidad, el teatro, el oficio del actor? ¿Cuál es la función de la luz y su afectación en la psique del espectador? ¿Por qué es necesaria la escenografía o su ausencia? No buscar certezas ya que sólo se llegaría a la frustración, sin embargo, sí desarrollar una consciencia que permita el desarrollo de la verdad.

La esencia del arte encuentra su forma en el sujeto. Cuando se crítica al arte no se critica al sujeto. ¿Cuál es la forma que ese arte ha utilizado como medio de expresión? ¿Cuál es su función en la vida del espectador? Son unas de las preguntas que el crítico necesitaría hacerse.

Cito a T. S. Elliot: para ser crítico, “se necesita un conocimiento apasionado del arte y una aptitud para el análisis desapasionado”. Es probable que el Ego del artista poco acostumbrado a ser cuestionado se sienta incómodo ante una crítica poco favorable. Pero si sólo se crea un rechazo el diálogo se agota y el arte comienza a extinguirse. La función del crítico es vital para que el arte no muera.

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* Escritora por necesidad, teatrera por convicción. Ha trabajado como directora, dramaturga y productora teatral, ha presentado obras en foros alternativos como: El Trolebús Escénico, Foro Shakespeare, Pandeo, Lucerna… Muchas veces se ha preguntado el por qué habría de escribir. Llegó a una conclusión: la realidad no le es suficiente. Cree que el mundo exterior tiene que ser revelado a través de esclarecimiento de las ideas y por ello el ejercicio de la crítica es fundamental. Egresada de la Escuela de Escritores SOGEM.

**El texto publicado es responsabilidad de su autor.

En DISTRITO TEATRAL creemos en el poder de la cultura para transformarnos al dar sentido a lo que vemos. #Vamosalteatro para descubrir qué #valelapena ir a ver y conversar. Da click aquí si quieres conocer más de nosotros.

Teatro y poder

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

Si algo entendieron los griegos y la iglesia católica es que el teatro es una herramienta de poder para someter a masas. Los griegos, a través de las tragedias, demostraron a su pueblo el horror del Destino y cómo cualquier lucha contra él resulta vana. Los cristianos supieron adoctrinar, no sólo con la espada de dios, sino con la imagen de éste. La evolución del teatro ha dejado también un teatro dialectico que ha permitido que existan mesas de debate en torno a la obra para que el espectador se retire con un mensaje claro de lo que es la obra y qué debe pensar de ella. En un casting para un espacio existen jurados que te preguntan: ¿cuál es el mensaje? Sin embargo, ¿este tipo de discurso sigue vigente para una sociedad que no creen en nada?

La pregunta sería: ¿Por qué continuar con viejas dramaturgias si ellas se crearon para explicar o mantener el orden a una sociedad ya pasada? ¿Qué se gana en repetir infinitamente a los mismos autores? Chéjov, Ibsen, Shakespeare, Sócrates, Eurípides, Bertolt Berch… estos autores supieron denunciar el abuso del poder sobre una sociedad. Crearon nuevas formas de narrar y hacer teatro. ¿Por qué continuamos haciendo lo mismo? ¿Por qué la Verdad sólo puede ser expresada a través de esos cánones? ¿Qué la verdad con los años no es distinta?

Es necesario el aumento en el rigor de una nueva dramaturgia y no sólo aumentar ideas post dramáticas o performáticas a ésta. No sé si a cargo de jóvenes, pero sí a manos de personas que estén dispuestas a cuestionar lo que sucede en la actualidad en el teatro mexicano. Es cierto que existen dramaturgos que han roto con ciertas maneras de hacer teatro y han teorizado al respecto, pero después de un rato ya que ocupan un puesto dentro de la institución se vuelven holgazanes dispuestos a sentarse cobrar su sueldo y someter a sus alumnos a nuevos dogmas teatrales escritos por ellos. Los maestros de teatro están perdiendo la capacidad de cuestionarse a sí mismos ya que muchos prefieren la creación de un dogma teatral y fanáticos seguidores incapaces de cuestionarlos. También es cierto que existen jóvenes dramaturgos irreverentes llenos de energía que no están dispuestos a someter su dramaturgia a procesos de edición y tampoco del maestro. A veces, una mera ocurrencia no hace que el cambio sea verdadero.

La juventud nos permite ser irreverentes, el enojo nos impulsa a cambiar las cosas. Este es un llamado a los jóvenes, a la disciplina y a la expansión de la ideas. Cuestionar todo aquello que se nos presenta, no sólo el por qué también el cómo, los y nos obligar a crear nuevas brechas en el teatro. Nunca en individual, sino en comunidad. Es urgente abrir el diálogo y no sólo descalificar a otros con fríos argumentos que no tienen sustento. Si ha de descalificarse que no sea desde la soberbia.

El público demanda la creación de un nuevo teatro. Uno que le hable. No me refiero a ese teatro comercial que se conforma con un cartel de famosos –aunque sí sería necesario el cuestionar por qué las personas sí acuden a ese tipo de espectáculos de alto costo–. Hablo del teatro que se cuestiona el Ser. Porque si algo ha sido el teatro, además de poder, es el cuestionamiento constante del Ser. ¿Quiénes somos y a dónde vamos?

Crítica: CORAZÓN DE PLOMO

UN VIAJE AL INTERIOR

Por Óscar Alberto Fontana*

El teatro infantil y para jóvenes audiencias cada vez va ganando mayor terreno en la escena mexicana. Ahora podemos encontrar en cartelera una decena de montajes cuyo objetivo es, a mi parecer, atender la raíz del problema que quizá esté permeando hoy, la tan sonada “falta de público” en los teatros del país. Menciono esto porque, sí, me parece que, como todo hábito, debe aprenderse desde temprana edad. Pero lejos de que el teatro o la formación de espectadores apele a un tema de este orden, la idea que me resulta mucho más esperanzadora es la de comenzar a generar en estas incipientes audiencias, una necesidad por el arte escénico. Una legítima necesidad por que el espectador pueda entender la estructura y funcionamiento de sus emociones, y cómo estas se relacionan con su entorno a través del teatro.

El teatro para niños que se hace actualmente pretende dialogar con el espectador a través de otras vías de lenguaje. Poco a poco va quedando atrás aquel espectáculo que pretendía solo entretener a los niños con adaptaciones mal ejecutadas de cuentos algunas veces “clásicos” que solo veían al público objetivo como un cliente potencial, inerte, y sin mayor posibilidad de discernimiento ni comprensión de lo que estaba viendo.

Tomaré lo anterior a manera de introducción para destacar el trabajo de una compañía que reside en la Ciudad de México, y que ha funcionado como colectivo desde hace ya algunos años. He de confesar que esta es, sin temor a equivocarme, una de las compañías de teatro dedicado a jóvenes audiencias que se ha distinguido, desde su fundación, por la calidad en sus montajes. En su nombre han establecido, me parece, la dinámica de trabajo: La Sociedad de las Liebres. Cada uno de los integrantes de esta compañía, como en cualquier organización colectiva, se encargan de la producción, y construcción de los textos que después llevarán a escena. Otra de las principales características de esta compañía, es la utilización de títeres de manipulación directa, marionetas y demás elementos lúdicos.

Después de una temporada en la Sala CCB del Centro Cultural del Bosque, han regresado con una propuesta que aborda, esencialmente, el tema de la pérdida a través de la mirada de tres niños que se tienen que mudar de casa después del fallecimiento de sus abuelos. El texto de La Sociedad de las Liebres toma la anécdota del cuento de Hans Christian Andersen “El soldadito de plomo” para explicar de manera simbólica el fenómeno de la muerte y la trascendencia del espíritu.

La ejecución de Henrik (títere del soldado de plomo) que hace Andrés Torres Orozco es pulcra en todo momento, sin contar con el innegable carisma que tiene este actor en el escenario. Resulta un verdadero gozo verlo irrumpir la escena con la energía puesta donde debe de estar. El espectador puede con facilidad olvidarse que hay un actor detrás del títere manipulando sus brazos, piernas y cabeza para dar foco al protagonista de la historia. De igual manera es de destacar el fino y excelente trabajo de los actores Abraham Baños y Carolina Berrocal, quienes en todo momento hacen que la ficción se torne interesante y consigan, de manera magistral, mantener la atención de sus espectadores.

El trabajo de dirección de Daniel Gerardo Martínez no es la excepción, y no podría serlo, porque la buena ejecución de los actores tiene que ver, en gran medida, con la calidad de la dirección. El resultado es una obra bellísima, poderosa y visualmente atractiva. Se nota que cada detalle ha sido cuidado de manera histérica, y la respuesta de sus espectadores me da absolutamente la razón. Es importante mencionar que la música en vivo, ejecutada por Francisco Buentello, confiere a la escena un toque de distinción que ayuda mucho más a la construcción del tono.

“Corazón de plomo” es una puesta en escena que brinda tanto a los niños como a sus padres, la posibilidad de explorar las emociones que implican la confrontación con la pérdida, pero sobre todo, nos exhortan a reconciliarnos con la idea de que el fin realmente no es el fin.

Para corroborar todo lo dicho, pueden acudir cualquier sábado o domingo de noviembre, y hasta el 9 de diciembre a la Titería de las Marionetas que está ubicada en la calle Vicente Guerrero 07 en la colonia del Carmen, Coyoacán. La función es a las 12:00, y quizá después pueden pasar un lindo fin de semana en la plaza de los coyotes.

 

*Actor, dramaturgo y docente.

 

Reseña: HOMO BOX MACHINA

EL TEATRO YA NO PUEDE SER ESO QUE CONOCEMOS
Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

Pareciera que lentamente el espíritu de la ciencia aleja al hombre de su humanidad y comienza a crear máquinas de carne hueso. Sin duda, el sometimiento de las voluntades y deseos del hombre ha sido el mayor progreso para los hombres de poder. ¿Qué es el hombre sin el placer de contemplar las cosas? ¿Qué es el placer?
“Homo Box Machina”, un proyecto de Daniel Primo y Caín Coronado, coproducido por El Rinoceronte Enamorado y Engranaje Invertebrado, es un ensayo escenotécnico proyectado por una máquina en donde no hay actores. Lo que abre la siguiente interrogante: ¿puede una máquina a través de proyecciones hacer teatro? ¿Qué es el teatro en la actualidad?

Ya se ha dicho con anterioridad que el teatro es el grito de las ciudades. Si se ha diseñado una máquina de placer para la contemplación humana, ¿qué nos está diciendo? En la antigüedad se creía que los iluminados eran aquellos quienes sabían contemplar. Sin embargo, en la actualidad pareciera que este acto además de ser subversivo es inútil, no es productivo. Por lo tanto, para una sociedad como la nuestra podría pensarse que nos encontramos ante un teatro inútil.

Hablando con Daniel Primo me enteré de los problemas que tuvo para encontrar un espacio dentro de las instituciones y que este ensayo fuera proyectado. Demasiado arriesgado. ¿No tendría que el teatro arriesgar y hacer un llamado a otra voces? Con esto no quiero decir que el teatro está hecho para enseñar y adoctrinar, pero sí podría cuestionar. ¿Qué es placer en la actualidad? ¿Qué es la contemplación?
Si un grupo de jóvenes artistas destacados dentro de las instituciones abre una brecha para hacer una invitación a recordar el placer, la contemplación y la iluminación a través de una máquina, se tendría que escuchar su voz y contar con más apoyos.

El teatro ya no puede ser eso que conocemos. No podemos regresar a un cadáver al que sólo teatreros asisten. Si el hombre se ha convertido en una máquina, ¿qué mal puede existir en que el teatro sea protagonizado por una máquina?

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Homo Box Machina tendrá lugar todos los miércoles a las 8:30pm, hasta el 28 de noviembre en el Teatro Rafael Solana. Boletos $250

* Escritora por necesidad, teatrera por convicción. Ha trabajado como directora, dramaturga y productora teatral, ha presentado obras en foros alternativos como: El Trolebús Escénico, Foro Shakespeare, Pandeo, Lucerna… Muchas veces se ha preguntado el por qué habría de escribir. Llegó a una conclusión: la realidad no le es suficiente. Cree que el mundo exterior tiene que ser revelado a través de esclarecimiento de las ideas y por ello el ejercicio de la crítica es fundamental. Egresada de la Escuela de Escritores SOGEM.

**El texto publicado es responsabilidad de su autor.

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Reseñas: PERSONAS HACIENDO COSAS

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

El siglo XX empezó con esperanzas e ideales dirigidos al progreso y terminó en confusión y cinismo.El fin del mundo resultó un mito; las Grandes Guerras que de la mano de los medios de comunicación causaron horror, ahora resultan ser un medio de entretenimiento en donde las redes sociales resultan ser las más beneficiadas. Ya que entre más horror muestras más likes obtienes.

Sin embargo, aunque pareciera que el espíritu del hombre se encuentra en una anhedonia y se abandona a la nada, me parece que esta última resolución es meramente somera ya que esta vista cínica de las cosas en donde los valores y la búsqueda de la verdad han quedado anulados, el espíritu no deja de manifestarse y mostrarnos su lado oscuro.

Misael Garrido es un autor al que había querido ver en escena desde hace tiempo. Su actitud cínica aunada a la gran elección de los títulos de sus obras me parecía tentador. Empero, para superar la personalidad del escritor se necesita no sólo una actitud desenfada sino una dramaturgia poderosa que deje atrás al personaje para comenzar la creación del mito.

En “Personas haciendo cosas”, se le anuncia al espectador desde un inicio el absurdo de la obra y su trama nula. Por lo tanto, yo espectador, tengo que ser paciente con un autor que escribió una obra sin motivo ni razón. Sin embargo, el autor a pesar de anunciar estas carencias en su obra, se justifica haciéndolas enunciar por los personajes. Pero eso no es todo. El autor, al final de la obra, sí trata de hablar de algo: de una relación tormentosa entre dos personajes. No se es fiel a sí mismo y busca la empatía a través del amor y con un cierre conmovedor.

Exponentes del absurdo tenemos varios: Beckett, Ionesco, Pirandello. Sólo por mencionar los más famosos. No es algo nuevo abordar el absurdo. Al hablar de la nada viene a mi mente el marqués de Sade que en testamento pidió que su obra fuera quemada para no ser recordado; Buñuel, que nunca aspiró a la inmortalidad. Si bien es cierto que como personas se encontraban la Nada es un lugar a donde todo hombre llega, sus obras no se encuentran vacías, no importa qué tan absurdas puedan parecer.

La fuerza de Misael se encuentra en aquello que no se atreve a pronunciar y que se mantiene latente por momentos. Lo cierto es que el autor se encuentra inclinado por enunciar la obviedad para después desmentirlas y hacer creer al espectador que ha encontrado algo más, pero no dice qué; y no sería necesario hacerlo, pero sí, al menos, dejarlas asomar.

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Personas haciendo cosas está en temporada en el Teatro La Capilla hasta el 17 de diciembre, todos los lunes, 20:00 hrs. (Madrid 13, col. Del Carmen Coyoacán.

* Escritora por necesidad, teatrera por convicción. Ha trabajado como directora, dramaturga y productora teatral, ha presentado obras en foros alternativos como: El Trolebús Escénico, Foro Shakespeare, Pandeo, Lucerna… Muchas veces se ha preguntado el por qué habría de escribir. Llegó a una conclusión: la realidad no le es suficiente. Cree que el mundo exterior tiene que ser revelado a través de esclarecimiento de las ideas y por ello el ejercicio de la crítica es fundamental. Egresada de la Escuela de Escritores SOGEM.

**El texto publicado es responsabilidad de su autor.

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Ensayo: LENGUA MUERTA

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

George Orwell predijo que la política del lenguaje podría hacer perder su significado humano a la palabra, ya que ésta se somete a la bestialidad política y la mentira. Sin embargo, a pesar de esta advertencia, pareciera que en el teatro actual mexicano se ha politizado y por lo tanto su lenguaje ha quedado al servicio de mentiras y retóricas. Y no sólo a servicio de un arte politizado, esto ya de por sí triste, sino a servicio de artistas politizados que se empeñan en recrear formulas y mantener un reino de ingenuidad en donde no crezca más que su propio pensamiento. Que al ser tan limitado, corto de miras, castra a una generación.

El tema de los “43”, las desaparecidas en Juárez, en el estado de México, la Casa Blanca, son temas que se deben de tocar. Por supuesto que no debemos ser evasivos como artistas ante temas que afectan nuestra cotidianidad, el Ser propio y colectivo. Porque parte de la libertad es entender el proceso histórico que enfrentamos. Nuestros cuerpos, mentes contienen Historia que afecta nuestro acontecer diario. Sería absurdo no darle una voz, sin embargo, para que esta voz sea válida tiene que encontrar su propio lenguaje y no puede ser el mismo que se escucha en las noticias o el de nuestro políticos, porque estas palabras nos han mentido. Es algo que no tendríamos porqué olvidar.

Lo que en un principio, como la narratugia, fue un acto espontáneo se llenó de mecanismos fríos llenos de clichés y repeticiones sin sentido. Dice Raúl Zurita, poeta chileno que ha escrito sobre la dictadura de Pinochet, sobre lengua lo siguiente:

“Una lengua es un acto de amor, un acto de amor que nos sobrepasa infinitamente porque es la única resurrección […] que nos muestra el mundo, el sonido de la lengua que es el sonido de sus muertos, de todos los quienes la han hablado y cada palabra que decimos es coreada por los muertos que renacen en ella”.

Con esta reflexión acerca de la legua pienso que podemos ir más allá y no terminar una oración con “Dijo” y “Dije”, que son palabras constantes en la narraturgia mexicana. Como si el remate de una oración no tuviera más recovecos y la lengua no quisiera expandirse en la libertad. Las palabras se han vuelto ambiguas. Los escritores han perdido estilo para someterse a retóricas a favor de becas y compadrazgos. Han puesto el lenguaje en descomposición de una política y no de la poesía. Hemos dejado de ser humanos, de configurar el pensamiento para empezar a embrutecerlo. Un claro ejemplo es la obra “Bye bye Bird” en donde el español es lapidado y el inglés es sólo un balbuceo.

Sería mejor balbucear que decir palabras muertas. Al menos, en el balbuceo existiría desesperación por no saber pronunciar, una necesidad de pensar lo que queremos decir.

Hace algunos años Eduardo Milán, poeta uruguayo, me dijo que México enfrentaba su mejor momento para el teatro. En un principio dudé de sus palabras, empero, si vemos el número de premios y la industria que ha invertido en ellos, como teatreros deberíamos detenernos y pensar si no es un arma que nos invita a nuestro propio aniquilamiento y entregarnos a la masas. Sería necesario hacer una pausa antes de aventarnos al precipicio y seguir a todos los búfalos en su marcha suicida.

Nuestra lengua es la lengua de todos los muertos.

EL PÚBLICO NOS HA DADO LA ESPALDA

Por Viridiana Nárud @viridianaeunice

Me pregunto ¿qué necesitan como artistas escénicos para darse cuenta que el público ha dejado de asistir a sus obras porque tienen el corazón frío, el alma muerta? ¿Qué no se supone que son los “artistas” quienes deberían revelarles a los hombres su humanidad? Sin embargo, han sido ellos quienes han revelado su propia falta de humanidad.
 
Las palabras se han quedado vacías, en agónicos suspiros, tratan de decirnos que aún viven. Nos encontramos ante un detrimento del lenguaje en donde las groserías; las repeticiones; las metáforas fallidas; las palabras rimbombantes, sin sentido reinan nuestra dramaturgia. Han obligado a los actores a extraviarse en la falsedad, en textos vacíos en donde los espectadores no pueden entender el por qué está llorando, gritando… Los creadores escénicos han olvidado la empatía, el máximo sentimiento para los budistas.
 
El arte por el arte ha dejado como resultado el compadrazgo. Amigos otorgando premios a amigos porque escriben similar a ellos. Incluso, se les llega a dirigir las obras que el jurado y amigo premió. No es casualidad que el aumento de la narraturgia y su pobre vocabulario pulule las salas de nuestros teatros. Algunos creadores se han aislado en una fantasía en donde el “arte” que hacen es avalado por sus amigos, justificándose en un falso razonamiento en donde nadie los entiende por la elevación de su contenido.
 
Mientras se continúe en la necedad de alimentar las arcas individuales, responder a un tiempo inmediato, los “artistas” continuaran castrando al arte y seguirán aislados del público, que éste ya les ha dado la espalda. La tarea del artista nunca fue el de alcanzar la fama. Por el contrario, su tarea era que su obra llegara a ser arte. Pero en este tiempo de lo concreto, tenemos miedo de su abstracción, del terror y del amor que lo acompañan. Somos incapaces de imaginarnos como espíritus y almas que descienden con la intención de brindar luz a esta humanidad cada vez más desalmada.
 
FOTO: monument-2549150_1920.jpg de Pixabay.

Ensayo: PÉRDIDAS Y GANANCIAS DEL POSDRAMA

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)*
 

 

Hablar hoy en día de posdrama resulta un lugar común. En la actualidad muchos utilizan este término sin ni siquiera haber leído el libro de Hans-Thies Lehmann. El surgimiento del posdrama nace por una necesidad artística intrínseca a una época. En el libro Teatro Posdramático, Leahmann dice:

Teatro posdramático se puede leer ¬–y de hecho se ha leído- de maneras muy heterogéneas, dependiendo de la cultura, la tradición y la escena teatral contemporánea de cada región (existen más de veinte traducciones): por ejemplo, como una crítica al modelo dominante en Europa; como arte poética de los nuevos idiomas teatrales; como la búsqueda de una teoría política en el teatro en el tiempo de los llamados lenguajes posmodernos…

 
La posmodernidad es un tema difícil ya que debemos caminar por terrenos intelectualmente endebles. Al menos, tenemos una ventaja, han pasado más de cincuenta años de la ruptura entre los modernos y posmodernos. Existen registros históricos que nos permiten, si no entender, al menos cuestionar. No sólo su existencia, también sus beneficios o perdidas en el arte actual.
 
Así es como Leahmann pone sobre la mesa cuestionamientos en el teatro, donde antes de los años 60 existía una dramaturgia predominante. Lehmann llegó a esta conclusión identificando la desjerarquización de los dispositivos teatrales. Cambia para siempre la manera de ver el teatro. Ya que después de esta puntualización el actor ya no sólo era sólo una persona que interpretaba a un personaje, sino que era un ser entrenado en muchas de las artes, como el canto, la danza entre otros.
 
También es cierto que debemos enfrentarnos como creadores a una problemática del posdrama: al concentrarse en una teoría, existen aspectos creativos que se pierden ya que ésta se encuentra a disposición de demostrar algo a favor del teórico. Sería necesario tomar en cuenta que esta teoría surgió debido a los cambios en el arte dramático donde Robert Wilson, Jan Fabre, Tomaz Pandur, Pina Bausch, Peter Brook, entre mucho otros, ya lo hacían antes de denominárseles posdramáticos.
Otro aspecto importante es la traducción. ¿Qué se gana? ¿Qué se pierde? ¿Cuál es el contexto histórico del país en donde se ha traducido? ¿Cómo afecta en la psique de quienes la interpretan fuera del país de origen?
 
En México, como una joven cultura mexicana, existen aspectos del teatro que son difíciles de entender debido a su juventud. México tiene una herencia del teatro del Siglo de Oro Español, donde el melodrama y las malas actuaciones prevalecen. Es a mitad del Siglo XX con Seki Sano, Alejandro Jodorowski, Ludwik Margules y Luis de Tavira que el teatro comienza a tener una revolución. Mientras que en 1970 Robert Wilson estrenaba “Einstein on the beach”.
 
Con “Einstein on the beach”, un artista muestra lo que sería el posdrama. Robert Wilson hace una ruptura con todos los cánones establecidos en su época. Esta obra es el reflejo de una sociedad que ha vivido dos guerras mundiales, donde el fin del mundo, a pesar de la deshumanización y la violencia, no se puede terminar. Así es como la humanidad rompe limites, fronteras –literalmente, creando nuevos estados. Por ejemplo Checoslovaquia, Rusia- una bomba atómica que destruyó la vida no sólo de quienes vivieron ese hecho en Hiroshima, sino también de generaciones futuras.
 
El arte es sólo reflejo de una sociedad y su política. Robert Wilson presenta un arte con rupturas, todo tiene que llevarse a un extremo. La dramaturgia ha perdido su importancia, la inclusión y pluralidad de elementos y lenguajes comparten espacio. Ahora no es la trama protagonista de la historia, sino las artes visuales (pintura, iluminación, video-clip), musicales, la arquitectura y la escena (teatro, danza, cabaret, circo…)
 
Ahora el teatro debería ser visto como un conjunto de rizomas para explicar la realidad. Así lo explica Hans Thies Leahmann:

La renuncia a la percepción de lo convencional de la forma (unidad. Identidad propia, estructuración simétrica, coherencia formal, conmensurabilidad) y la negación de la forma normalizada de la imagen, respectivamente, se realizan con una predilección por lo extremos. La ordenación de las imágenes, que en un doble sentido está sujeta al medio, al medio organizador y la posición en el medio, se transforma a través de la proliferación desbocada de los signos. Guilles Deluze y Felix Guattari hallaron la palabra clave, rizoma, para designar realidades en las cuales las ramificaciones inabarcables y los acoplamientos heterogéneos impiden la síntesis.

 
Esa es una de las esencias del posdrama, el rizoma. Del mismo modo, mostrando realidades inabarcables, se encuentra Jan Fabre. En “¿Quién dice mis pensamientos?” el director pone sobre una línea muy endeble el siguiente cuestionamiento ¿qué es lo real y moralmente aceptable? Jan Fabre se impone ante lo real contra lo escenificado. Cito nuevamente a Hans-Thies Leahmann:

Cuando sobre la escena se impone lo real contra lo escenificado este hecho se refleja en la platea como un espejo. Cuando el espectador se pregunta forzosamente (motivada por la práctica escenificada) si debe reaccionar ante el acontecimiento escénico como ficción (estética) o como realidad (es decir, moralmente, por ejemplo), esta naturaleza fronteriza del teatro con lo real confunde precisamente su crucial predisposición: la ingenua inseguridad y la certeza con las cuales experimenta su condición de espectador como un modo de comportamiento social poco comprometido.

 
En el teatro posdramático, la pregunta es por el lugar donde se sitúa en el curso de un evento la oscilante frontera entre teatro y cotidianidad.
 
Quizás una de las problemáticas en el teatro posdramático actual es que estas nuevas generaciones hacen teatro tratando de encajar en esta nueva etiqueta. No podemos cuestionar que muchos de los artistas que hicieron historia dentro del teatro posdramático pertenecen a una élite, no sólo artística, sino también económica. Sin embargo, debemos entender que fueron resultado de una época en donde las rupturas de un sistema, de esperanzas, se habían perdido. La Guerra Fría, el fracaso del socialismo, de las utopías…
 
Robert Wilson y Jan Fabre son reflejo de un teatro que ha perdido las esperanzas en un discurso grandilocuente. Ambos se encuentran en distintos continentes, sin embargo, es la posguerra que los une. En México, habrá que entender que el posdrama no es de nuestro país, que tenemos nuestras propias formas de hacer teatro y que para ello es necesario entender nuestra historia.
 
 
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* Escritora por necesidad, teatrera por convicción. Ha trabajado como directora, dramaturga y productora teatral, ha presentado obras en foros alternativos como: El Trolebús Escénico, Foro Shakespeare, Pandeo, Lucerna… Muchas veces se ha preguntado el por qué habría de escribir. Llegó a una conclusión: la realidad no le es suficiente. Cree que el mundo exterior tiene que ser revelado a través de esclarecimiento de las ideas y por ello el ejercicio de la crítica es fundamental. Egresada de la Escuela de Escritores SOGEM.

**El texto publicado es responsabilidad de su autor.

En DISTRITO TEATRAL creemos en el poder de la cultura para transformarnos al dar sentido a lo que vemos. #Vamosalteatro para descubrir qué #valelapena ir a ver y conversar. Da click aquí si quieres conocer más de nosotros.

JOSÉ MANUEL TRAE CANCIONES PARA UN MUNDO NUEVO

Por Johana Trujillo (@jOtrujilloA)

José Manuel López Velarde escribe, compone, dirige y también administra el espacio cultural La Teatrería. Es alentado por maestros como Daniel Finzi Pasca, Ximena Escalante, Martín Acosta, Mauricio García Lozano, Enrique Singer y José Caballero.

 

Fue asistente de director de espectáculos como Cri Cri Kinderkabarett con la cantante mexicana Eugenia León, en Alemania y Nunca más de la reconocida interprete alemana Ute Lemper. En el ámbito de la música ha dirigido la gira de Sasha Sökol para el disco 11:11 que se lanzó en 1997; así como espectáculos de Juanes y Belanova.

 

Es autor y director de obras como “Laberinto” a lado de jóvenes en riesgo social en calles de la Ciudad de México; el musical “Si nos dejan”; la obra para peque “El último teatro del mundo” y “Mentiras” (2008), musical que ya tiene nueve años en cartelera./

 
Ha traducido y dirigido las obras como “Conejo blanco, Conejo Rojo” o “NASSIM”. Una traducción y dirección que está a punto de estrenar a nivel mundial, en español, es “Canciones para un mundo nuevo” del compositor de teatro musical y ganador de tres premios Tony, Jason Robert Brown.
 

“Canciones para un nuevo mundo”, el primer espectáculo producido por Brown Off-Broadway en 1995 a sus 25 años, llega a México en español bajo la dirección de Manuel. Se estrena el próximo 23 de julio en el Teatro Milán (Lucerna 64, Juárez) con una temporada, lunes y martes a las 8:45 p.m., hasta el 21 de agosto. En entrevista para Distrito Teatral conversa sobre este proyecto.

 

 

¿QUÉ HACE PODEROSAS A LAS CANCIONES QUE CONFORMAN “CANCIONES PARA UN MUNDO NUEVO” Y POR QUÉ EL ESPECTÁCULO ESTÁ MÁS VIGENTE QUE NUNCA?

Me parece que la misma temática es el mismo hilo conductor de la obra; es dar ese paso inesperado y que hace que tu mundo cambie por completo. Extrapolarlo a que siempre estamos tomando decisiones y todos nos podemos identificar con tener que cambiar nuestro mundo e ir a un lugar que no conocemos y, que posiblemente da miedo, pero hay que tomarlo y avanzar porque lo único constante que hay en la vida son los cambios. Creo que eso lo vuelve muy universal.
 

¿CÓMO LLEGÓ “CANCIONES PARA UN MUNDO NUEVO” A TU VIDA Y QUÉ MOTIVACIÓN HAY DETRÁS POR ESTRENARLA EN ESPAÑOL EN MÉXICO?

“Canciones para un mundo nuevo” llegó a mi vida como eso: sólo canciones. Hace muchos años, más de 20, baje el disco. Son canciones que me han acompañado hace tiempo, que me gustan mucho y que han resonado en mi vida, en mi crecimiento.

Para esta puesta me llamarón Carlos Vidauri y Daniel Delgado para hacerla de un día al otro. Para cerrar ha sido un proyecto muy vertiginoso, hubo que decidirlo y aventarse pronto, desde producirla y montarla. Ha sido muy gozoso. No ha habido mucho tiempo de pensar dos veces las cosas creo que son canciones muy universales que pueden resonar en cualquier lugar, estamos haciendo una adaptación al español muy respetuosa tomando en cuenta que es para un público mexicano.
 

Una canción que siempre le llamó desde hace muchos años fue ”Yo no le temo a nada”. Se ha sentido identificado de diferentes formas con el paso del tiempo “e incluso de sentirme así o todo lo contrario. Ser por ejemplo padre de familia cambia mucho tu sensación del miedo y de lo que te da miedo y de que es lo importante”, me comenta López Velarde.

Para quienes se animen, “van a ver muchos musicales en uno cada canción es un personaje, una situación y una atmosfera diferente. Son como dieciséis obras ligadas por este hilo conductor de dar un paso para enfrentarse a un mundo nuevo literal o metafóricamente. Se van a enfrentar a muchas obras de teatro en una”, concluye.