Por Fredo Godínez
I – Caminar por la ciudad escénica
Mi sueño de vivir y habitar en la CDMX se cumplió en 2014 cuando fui invitado a trabajar en el Fonca como Coordinador del Programa Nacional “México en Escena”. En ese entonces, poco o nada sabía sobre las artes escénicas. Además de ir conociendo a las compañías y sus proyectos -cruciales para el desarrollo cultural del país-, me fijé la meta de conocer uno a uno los espacios escénicos que estaban dentro de mi programa. Después vino la curiosidad de acercarme y conocer cuáles son los procesos para que el espectador pueda disfrutar de una obra.
En esos procesos de ir conociendo espacios apoyados por el Fonca, comencé a frecuentar otros espacios que, ya sea por el marketing o las obras atractivas que albergaban, me llamaban la atención. La primera vez que conocí el Teatro Milán/Foro Lucerna fue cuando asistí a ver la obra: Pulmones, actuada por Ana González Bello y Roberto Cavazos. Al salir, me esperé para felicitar a Ana, pues su actuación me había asombrado. Tiempo después coincidiríamos como público en Adiós y buena suerte que se estaba presentando en el Foro A Poco No; a partir de allí comenzaríamos una linda amistad teatrera que me fue haciendo nexos con tanta gente hermosa como Roberto Cavazos, Héctor Berzunza, José Ramón Berganza, María Panella, Hamlet Ramírez; por nombrar algunos. Relaciones que se fueron aderezando con cervezas para festejar el inicio o cierre de alguna temporada.
Es para mí, una disciplina y obligación moral ver puestas en escena donde estén involucradas personas que quiero y admiro.
Me gusta acompañar sus procesos y presenciar su evolución.
II – La interpretación y el texto
Reynolds Robledo es uno de los dramaturgos que han llamado demasiado mi atención. Su capacidad para manejar distintos niveles de humor y crear historias tan complejas como la vida misma son algo que siempre he apreciado de sus obras. Lobos por corderos, Sonámbulos y Réquiem son algunas de las obras que ha escrito y he tenido la fortuna de ver montadas.
Mañana, su más reciente obra, era muy atractiva para mí, por muchos sentidos: tiene dos amigos en su elenco (Ana González Bello y Héctor Berzunza), otro dirigiendo la obra (Cristian Magaloni) y dos más en el equipo de producción (Eloy Hernández y Ana Kupfer). A eso le sumo que la trama me parecía interesante y urgente para los tiempos que se están viviendo en México.
Mañana retrata la historia de Bran y Joel, una pareja que desear adoptar a Mila, quien tendrá que elegir entre ellos y otra pareja; el tiempo está encima, pues la pareja está por mudarse a Tierra 2; un mundo similar al que conocemos, pero corregido y perfeccionado. Un día como cualquier otro, la familia nuclear se reúne en casa de Bran y Joel para cenar y cual drama alemán (Festen), se desatan una serie de acontecimientos que marcarán el destino de esta pareja: el padre padece Alzheimer y la esposa quiere abandonarlo, así como otros sucesos que involucran a la hermana de Bran.
Robledo es muy optimista en Mañana, pues nos plantea un mundo donde ya no existen los prejuicios sociales y morales quedaron en el pasado, los niños son tratados como lo que son: seres inteligentes y, sobre todo, donde el amor parece ser el verdadero motor que mueve al mundo. Y digo optimista, pues México está rezagado en temas de derechos humanos, sexuales, sociales y de equidad; y este escenario parece muy lejano para nuestro país.
III – Mi introspección
Ver Mañana tenía tres alicientes: ver el progreso escénico de dos amigos queridos, conocer la reacción que tendrían mis papás ante temas -porqué católicos y poblanos- podrían incomodarles y festejar mi cumpleaños número treintaicinco.
Los objetivos se cumplieron.
Ana González Bello demuestra lo que dejo ver en Happy: hay una actriz con capacidad de manejar personajes complejos, sin olvidar su sello particular; y a leguas se nota su disciplina para trabajar en la escena. Por otro lado, Héctor Berzunza sigue demostrando una capacidad asombrosa para manejar con precisión a sus personajes.
Siempre he creído que el éxito de una buena obra de teatro requiere de cubrir muchos aspectos: gran marketing, excelente producción, dramaturgia novedosa; pero si estos aspectos no vienen acompañados de una gran dirección y un buen elenco, los resultados no serán necesariamente los esperados. Mañana logra un equilibrio perfecto al tener dos actores con amplia carrera en la escena como en la pantalla; otro par de actores que maduran a pasos agigantados y una niña que, tomando en cuenta su edad, sorprende por las tablas que tiene en el escenario. A eso habrá que sumarle la dirección acertada de Magaloni que los pone actuar tal y como solía jugar el Barcelona del Pep Guardiola. La dirección es tan precisa que los actores se mueven con tal naturalidad y frescura que a uno puede olvidársele que se está ante una ficción escénica y no ante un documental o una transmisión en vivo del día a día de una familia.
Y para rematar, mi padre (el más complejo de mi familia nuclear) aplaudió de pie al elenco de la obra.
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“Mañana”.
Dramaturgia: Reynolds Robledo.
Dirección: Cristian Magaloni.
Elenco: Verónica Langer, Juan Carlos Barreto, Pablo Perroni, Héctor Berzunza, Ana González Bello y Julieta Luna.
Música en vivo: Aldo Obregón.
Teatro Helénico del Centro Cultural Helénico (Av. Revolución 1500, Guadalupe Inn, 01020 Ciudad de México, CDMX)
Jueves y viernes: 8:30PM, sábado: 7PM y domingo: 6PM.
Hasta el 1 de marzo o último fin de semana.
Duración: 120 minutos.