Pago digno a los escritores

Por Viridiana Nárud / Foto: Unsplash.com

Apenas unas semanas atrás me encontré con una productora que justificaba la falta de pago a los dramaturgos con obra propia con el pretexto de que éstos ya la escribieron tiempo atrás. ¿Por qué tendría que pagarla si la tienen guardada? —argumentaba la productora. Yo me pregunto: ¿La obra se escribió sola? ¿No hay tiempo invertido? ¿Por qué la obra personal de un autor no tiene valor? La productora también decía que la única obra que paga es la que está hecha por encargo.

Como dramaturga y escritora debo confesar que los productores tienen una visión muy extraña de nosotros los escritores. Creen que somos burgueses, que no debemos tener trabajo porque somos artistas. Es extraño cómo la etiqueta del artista tan peleada por quienes no labran el arte, sea una maldición para quien obtiene tan preciada etiqueta que pierde valor cuando se pretende cobrar por su trabajo. Y no es mera especulación. Son varios los productores que me han preguntado el para qué quiero trabajo si soy ARTISTA.

responderé sencillamente. Los escritores estudiamos durante horas, leemos libros que compramos en las librerías y hasta donde tengo entendido El Péndulo, Gandhi o librerías de viejo no hacen excepciones en el cobro sólo porque diga que soy escritora. Nos encerramos durante días, meses o años, tratando de revelar la imagen, la historia, la palabra clave, precisa y adecuada.

Hablemos de la Obra: La revelación del artista, la obra primigenia no adaptada, sucede después de procesos psíquicos y emocionales inexplicables que nadie ha podido revelar de manera lógica. Ni siquiera el mismo escritor puede dilucidar el cómo y por qué ha hecho lo que ha hecho. No existe fenomenología que pueda explicar o que haya sacado a luz el porqué y cómo es que se revela el Corpus de la Obra. Sólo sabemos que el escritor, poeta, artista comete la obra después de una serie de visiones que llegan a él de manera inexplicable.

La estructura primordial de una obra teatral es la dramaturgia. Incluso el post drama tiene una estructura interna que está escrita de manera más abstracta. La dramaturgia bien hecha es la que permite al actor hacer un gran trabajo, al escenógrafo edificar un micro universo, al director dirigir una obra, al productor producir y bajar recursos.

Saber contar una historia, entender los conflictos y misterios humanos y traducirlos en códigos que forman palabras, tramas, conflictos, es tarea de un trabajo inmenso. Mi pregunta es: ¿Por qué si todos los invitados a interpretar el universo de un escritor pueden cobrar, por qué el escritor tiene la paga más baja? ¿Por qué se le maltrata y se le pide no cobrar su trabajo?

Artista hipócrita

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

 

La necedad, el error, el pecado, la tacañería,

Ocupan nuestros espíritus y trabajan nuestros cuerpos,

Y alimentamos nuestros amables remordimientos,

Como los mendigos nutren su miseria

Baudelaire

 

He despertado con la sensación de vacío en el corazón. El arte se ha convertido en un albergue de cómodos e hipócritas artistas. ¿Dónde han dejado el corazón? ¿En el próximo pago de la compañía? Habrá que resistir a la precariedad, al hambre, a la falta de dignidad de pago en nuestra labor, a la falta de empatía dentro del gremio.

En Instagram y twitter he visto a modo de protesta “Revisa tus privilegios”, lo que hizo preguntarme: ¿Has revisado tus propios privilegios? Se dice de la gente fría y superficial, que sólo se puede despetar la empatía por sus iguales. Se pregona amor, lucha social de clase, lucha contra el machismo, incluso las instituciones agregan “x” al final de las palabras, pero ¿en realidad son capaces de integrar a sus opuestos?

El arte de amar no consiste en amar a sus semejantes, ese es un ejercicio demasiado narcicista, amar a pesar o con las diferencias, ese es el reto. Con hastío veo cómo las “grandes” familias se apoderan de los teatro, el amiguismo en los puestos burócratas y en las compañías. Todos los días en las carteleras nacionales circulan los mismos nombres. ¿Falta de talento? Lo dudo.

Querido artista hipócrita, te escribo a ti, que has olvidado levantar la voz en medio de la precariedad de tu compañero, en medio de la vorágine política y la confusión de pensamiento. Por que has olvidado que el arte es un espacio de utopía y no de comodidad salarial, que has olvidado que un EFIARTES no es necesario para pagar de manera digna a tus compañeros, que has preferido pasarte a la línea del bien decir.

Un par. Una propuesta vanguardista para niños

Por Diego Espitia / Foto: Fabián Bezun

La apuesta es arriesgada, y en ello estriba su valor y su interés. En 2023 difícilmente haría eco para los niños pequeños una fábula sobre una niña que, al hacer poco caso de las instrucciones, es cazada por un lobo, que la engaña simulando ser su abuela. Ya no hay ningún bosque, ningún lobo, ninguna abuelita ni ningún cazador que salvará al final la historia. La realidad es profundamente distinta para una buena parte de los niños que hoy tienen 3 o más años (el público sugerido) en nuestra gran y compleja capital. Así pues, “Un par” es un juego teatral novedoso, una propuesta que abandona casi totalmente el diálogo, la moraleja directa, incluso los clásicos estímulos visuales y auditivos que uno esperaría en una obra infantil.

Y sin embargo hay más de lo que a primera vista se observa. La interacción de dos personas, que parten de la imitación (casi visten igual) a la emancipación de la individualidad en cada uno. Empiezan como un par indistinto, pasan por un par distanciado y casi enfrentado, hasta entender que el respeto, la generosidad, la empatía, y por qué no, el afecto, son las mejores herramientas que tenemos para vivir en armonía en un mundo que nos ofrece una estrecha casa, y pocos y valiosos objetos para compartir.

Al final es un juego teatral, es el tono que logran. Una apuesta por la intuición de los niños, que podrán saber prescindir del diálogo y dar un salto imaginativo a través del elaborado trabajo escénico, hibrido por momentos entre la danza y la mímica, de Adrián Hernández y José Agüero (también responsables de la dramaturgia y la dirección), fundadores de la compañía “Teatro al vacío”, que nos presentan así “Un par”, en el teatro Xavier Villaurrutia, en el Centro Cultural del Bosque, hasta el 20 de agosto, sábados y domingos a las 13:00 horas. Sin duda una experiencia interesante para niños y adultos.

Bra, para una producción escénica feminista

Por Johana Trujillo (@jOtrujilloA)

Las historias nos aprovisionan para la vida. ¿Cómo puede el teatro cambiar narrativas para alcanzar la equidad de género?

Conocí a Alejandra Aguilar porque el algoritmo de Instagram me sugirió una publicación de Cuarto Propio. Me llamó la atención la manera en que comunicaban sus ideas. Era como si sus pensamientos resonarán con los míos de alguna manera.  Eso me llevó a descubrir sus otros proyectos, Matryoshka Red Creativa y Amuleto Bazar; también su convicción por el feminismo e impulsar cambios más profundos.

Más que el teatro, lo que llegó a la vida de Alejandra desde niña fue el canto. Quería estudiar ópera y tomaba clases de canto clásico para prepararse para el examen de la Nacional de Música. Pero para no dejar de estudiar dijo “pues me meto a una carrera en lo que estoy lista en la música.” Incluso pensó en inscribirse a sociología o letras hispánicas pero le vió más utilidad al teatro. Así que ya estudiando teatro “descubrí que me gustaba estar atrás. Y que no entendía actuar sin cantar. Me gustaba pensar los textos y el entramado. Ya no hice mis exámenes de música y me quedé ahí”.

Durante la licenciatura formó una compañía con la que pudieron tener en temporada varias obras aún siendo estudiantes, pero terminaron tomaron rumbos distintos. Después, la experiencia de asistir la dirección de una obra en el Centro Universitario del Teatro (CUT) le permitió darse cuenta de todo el entramado de producción que tenían, y que les resolvían todo, más no sentir un respaldo como directora le mostró que para las mujeres el camino no era tan fácil.

“Ya me había dado cuenta que ciertos grupos teatrales que yo admiraba mucho como Teatro Línea de Sombra o Teatro Ojo tenían como figura central a un director pero había una mujer productora que sostenía muchísimo de lo que sucedía en esa compañía. Eran grandes mentes creativas pero estaban más en este rol de producción.” Ahí se gestó Matryoshka Red Creativa, con la idea de crear un sistema con el que tener un sostén de producción para las mujeres.

“Cuando empecé Matryoshka nos tocaban la puerta las mujeres pero los proyectos los lideraban los hombres. Entonces, las mujeres diseñadoras, las actrices que habían levantado su obra, nos hablaban para que les ayudáramos. Pero si tu ves el historial de Matryoshka parece que estábamos produciendo a hombres porque las mujeres buscaban apoyo para esos hombres.”

Empezamos a conversar sobre Bra, una obra de teatro escrita por Rosa Aurora Márquez Galicia, que fue uno de los textos seleccionados dentro de la convocatoria BRUJAS: Nuevas dramaturgias para una producción escénica feminista. El año pasado la lanzó Foro Shakespeare A.C. a través de Shakespeare & Cía., a través del programa México en Escena Grupos Artísticos (MEGA, 2022) y el Sistema de Apoyos para la Creación y Proyectos Culturales (SACPC) por segunda ocasión. Alejandra tuvo la oportunidad de ser jurado y el hecho de que exista el Ciclo Brujas es algo que le emociona.

“Han hecho un gran trabajo al tener todo un sistema para leer los textos a la luz de la mirada feminista. Las chicas tienen una serie de pautas para entender si los textos están escritos desde una perspectiva de género. El mundo no impulsa de la misma manera a las mujeres que a los hombres. Creo que es una gran espacio para que mujeres jóvenes se den a conocer.”

Lo que más le gustó de Bra fue el humor que tiene, “esta cosa entre ácida e incómoda, absurda pero que te hace reír; que en la risa te da mucho coraje o te enoja. Es un tipo de humor que a mí me gusta. Además, creo que es un tipo de teatralidad que resuena mucho con el absurdo, con el cabaret, con lo bregteano pero también con lo político. Los personajes no están puestos en este lugar de querer semejar personas sino querer transmitir ideas. Y eso me gusta.“

La propuesta que se estará presentando en el Foro Shakespeare hasta el 9 de abril, desnaturaliza su uso y muestra las formas en que ha sido impuesto a las mujeres. A partir de una serie de acontecimientos, se introduce a la anatomía del brasier, su relación con la sexualidad y cómo ha influido en la vida de las mujeres. ¿Provocador u opresor? ¿Con varilla o sin varilla? ¿Prenda deseada u odiada? Un brasier que lo ha observado todo desde el calostro hasta las relaciones humanas. Todo da de qué hablar: su presencia o su ausencia. ¿Qué podría salir mal sobre hablar de un brasier?

De hecho, el feminismo llegó a la vida de Alejandra por un incidente en el que un trabajador de la UNAM la tocó mientras estaba dormida. “Perdí un año de escuela porque empecé a tener ataques de pánico. Fue una experiencia incómoda que marcó mucho mi vida.” Pero su espíritu independiente se fue fortaleciendo con lecturas que la llevaron a ser “muy impopular. Yo hablaba de feminismo y hablaba de ciertas autoras y era como “¿qué te pasa?” Fue algo que viví en solitario”— comparte.

Alejandra empezó a volverse una persona muy incómoda en otros procesos donde asistía producción o dirección porque lanzaba la pregunta “¿no creen que esta obra que estamos haciendo hace una apología de la pederastia?” Abría la discusión de esa obra en el camerino, que recuerda bien, “salían argumentos como que la violación era por instinto, que a los personajes no se les juzga, que a los personajes no los puedes analizar desde ahí”. Pero ella cuestionaba “cómo no podemos mirar que un personaje está escrito en un contexto social.”

Bra

Hasta el 9 de abril.

Viernes 8 pm. Sábados 6 y 8 pm. Domingo 6pm.

Espacio Urgente 2 de Foro Shakespeare

Sobre la deuda del teatro en México

Por Viridiana Nárud

Si pudiera definirme dentro del teatro diría que soy una outsider. Durante muchos años al aplicar para los exámenes de admisión de actuación y no ser aceptada, tuve que preguntarme si en realidad tengo lo que se debe tener para ser un teatrero. ¿Pero qué es eso que debería tener? Emprendí un camino en donde comencé a cuestionarme qué es lo que pasaba en la escena con mis contemporáneos y con los que se denominan Vacas Sagradas.

Comencé a asistir a las puestas en escena del CUT y de la ENAT, a ir a los jueves de teatro del Centro Cultural del Bosque y de la UNAM, vamos, hasta comencé a criticar con tal de ver teatro. Gracias al encuentro con la crítica y aceptar ir a todas las obras que se me invitaba comencé a darme cuenta qué era lo que no quería hacer.

Llevo años estudiando el teatro y puedo decir que me sobran dedos de una mano para hacer el conteo de los montajes que considero inolvidables. Me pregunto ¿por qué las obras se han vuelto olvidables? Yo diría que es la frialdad de muchos montajes. Existen maestros y directores que han dejado una escuela de malos pensadores del teatro mexicano. Han hecho del teatro un concepto, han utilizado a la palabra como señuelo. Porque si uno escucha muchas de las nuevas dramaturgias que pretenden ser filosóficas y profundas, algunas hasta llegan a hablar de Dios, es claro que no tienen sentido. Porque para filosofar es necesario no sólo decir palabras complicadas, es necesario pensar, reflexionar, criticar y hacer un análisis. Se dice que uno debe tener cuidado de los corderos disfrazados de lobos, porque estos son vendedores de “verdades”.

Después comencé a cuestionarme las grandes actuaciones, direcciones y dramaturgia de los Grandes Maestros. ¿Qué pasa que no comunican? ¿Por qué las voces suenan igual? ¿Por qué la actuación más que una vivencia parece un manual de montaje, de voz, de imposición de cuadros? ¿Por qué no se siente algo vivo? Dice Guillermo del Toro que el actor escucha y esto se enseña mucho, pero por qué no escuchan a sus compañeros y públicos. ¿A caso no vemos que el teatro está vacío? Claro, siempre hay excepciones.

Llevo años coordinando talleres de teatro para jóvenes y personas mayores. Mi mayor sorpresa fue con el último grupo. Su único acercamiento con el teatro eran las pastorelas que alguna vez vieron en su  juventud y no les interesaba el teatro porque no pueden comunicarse con ellas. Existe un reto como teatreros que no sólo consiste en llenar la sala, sino en comunicar al espectador.

¿Se estará pecando de favoritismo en el teatro? ¿Se estará pecando de precariedad? ¿No está fallando el sistema de becas? ¿No están fallando las escuelas en recrear modelos y seguidores dentro de sus alumnos? Claramente siempre existe la excepción, el talento rompe con toda regla. Pero si algo he aprendido en los años que llevo viendo y haciendo teatro, es que urge ver nuevas narrativas, nuevas maneras de dirigir, de pensar y hacer teatro. ¿Por qué si Dionisio es el dios del teatro se encuentra tan Apolíneo? Romper, crear, morir, renacer, desgarrar, podrían ser algunos de los verbos que se podrían adjuntar al hecho teatral.

Inteligencia actoral

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

Inteligencia actoral aborda las problemáticas que los teatreros enfrentan en los últimos días de montaje, la histeria de los actores o el abandono de uno de ellos. Sin embargo, en este montaje se propone una visión futurista en donde un robot podrá sustituir al personaje principal, al menos, así lo marca la premisa principal de la obra.

Lo cierto es que la obra tiene un buen sentido del humor y las actuaciones en general son buenas. Es cierto que la dramaturgia cumple en un sentido de entretenimiento, pero por otro diría que falta por parte del dramaturgo Flavio González Mello,  verisimilitud. Durante las dos horas y media que dura la obra, se nos platea que un humanoide debe sustituir al actor principal de la obra de Hamlet. Así que, bajo esa premisa, el dramaturgo genera una serie de enredos que recaen sobre el director el cuál cuestiona de manera ontológica qué es lo que hace a un actor, ¿es el alma? ¿sus errores en escena? ¿su dificultad para aprenderse los diálogos? ¿Por qué una interpretación perfecta le quita lo vivo al teatro?

Poco a poco vamos generando empatía con nuestro pequeño robot desprovisto de toda humanidad, que empero, conforme a la exigencia y desapruebo del director, comienza a preguntarse cómo podría tener mayores emociones. El robot comienza a tener vida propia, a sentir y a desarrollar un alma. Padecemos con este inocente personaje su desesperación. Pero algo sucede al final con los giros de tuerca plateados por el autor: Lo que acabas de ver durante dos horas y media, no es verdad, es mentira. Después el autor desea plantear la duda al espectador si en verdad es un humano o un sustituto, pero pues el desarrollo de esta idea parece mas una ocurrencia que no permite al espectador dudar al respecto, además de plantear la problemática con el director. No contaré para que quienes deseen ir a verla, puedan disfrutar de uno de tres finales.

También existe una situación con la escenografía, no entiendo por qué el movimiento de ésta cada cierre de acto. Tampoco entiendo el tapete de ajedrez que no se ve y todo esto porque lo tapa una lámpara, tampoco es que los personajes jueguen en él como parte de un entramado de guerra o intriga. Digamos que está de más. Quizá serían necesario sólo unos cuantos movimientos y así podría durar menos la obra.

Es cierto que Inteligencia Actoral es de las obras, que he visto hasta el momento, que se destaca por hacer una apuesta narrativa con cierto sentido, aunque se desvanece al final. Hace falta rigor, preguntarse: ¿es verosímil? ¿Tiene sentido mi escenografía?

El teatrero tiene una deuda con el público, éste deja de ir, no porque no entienda la obra, sino porque el teatro no le comunica. ¿Por qué acabar una obra que tenía potencial con tres finales que no tenían nada que ver con toda la obra?

40 aniversario de Foro Shakespeare: sobrevivir adversidades

Por Johana Trujillo (@jOtujilloA)

El teatro es una herramienta para generar conciencia y reflexionar, sin embargo, sin espectadores no hay teatro.  Al igual que el teatro y los grandes clásicos, el Foro Shakespeare ha sobrevivido a las adversidades, y este año festeja su 40 aniversario.

Fundado por Héctor Fuentes, director hasta 1996, se ha logrado posicionar como uno de los mejores foros de la Ciudad de México y el país, con al menos más de 800 obras expuestas y más de 5000 actores pisando sus escenarios. De hecho, en el 2021 recibieron a 55 compañías externas, presentaron 76 espectáculos, dieron 782 funciones y se reencontraron con 17 mil espectadores. Además, el año pasado, gracias a los espectadores y todos los que hacen teatro en él, estuvieron alrededor de 83 compañías, se presentaron 117 espectáculos, dieron 1311 funciones y se reencontraron con casi 43 mil espectadores. También lanzaron 3 convocatorias; BRUJAS 2023, Historias de Motel para Dramaturgias de Paso 2023 y ¡Nos vemos aquí en el SHKSPR 2023!

Una de las adversidades que lograron superar ha sido la compra del predio que lo ha albergado durante estos a el 30 de septiembre de 2018. En el Día Mundial del Teatro en 2019 anunciaban su reapertura sin fecha exacta. Tuvieron que persistir 7 años platicando con los dueños y cerrar sus puertas el 30 de septiembre de 2018 para superar esa adversidad. Luego vino la pandemia por COVID-19 que mantuvo los teatros cerrados hasta septiembre de 2020. Permaneció dos años cerrado.

En su ADN está el adaptarse a la adversidad, a la tragedia pues el 30 de septiembre de 2020 anunciaban con mucha alegría que volvían a los escenarios, retando al destino con un aforo permitido del 30% pues lo que saben hacer muy bien los teatreros es trabajar en situaciones precarias. Abrirían con una librería Paso de Gato, la única especializada en artes escénicas, que el 17 de marzo del mismo año anunciaba su cierre en Coyoacán y que este año anunció que la nueva dirección está a cargo de Hugo Wirth.

Los espacios para el teatro, como el Foro Shakespeare, contribuyen a generar empleos, a brindar escenarios para los hacedores de teatro, a crear trabajo para nuevos talentos que se puedan codear con personas con trayectoria consolidada. Sin embargo, la precarización del sector teatral en México es estructural.

En una encuesta realizada entre el 14 de diciembre de 2020 y el 28 de septiembre de 2021. La Universidad Nacional Autónoma de México recibió respuesta de 105 foros de todo el país. Los resultados muestran que el 68.6% opera con recursos públicos y el 31.4% lo hace de manera privada. Únicamente el 55% de los casos los trabajadores permanentes perciben aguinaldo, mientras que el 52% de ellos cuentan con seguridad social y el 29.5% de los espacios de trabajo disponen de un fondo de retiro. Además, 63% de los teatros no tiene seguros contra accidentes para el público, y que 65% no tiene sistema de boletaje electrónico.

En julio de 2021, el Módulo sobre Eventos Culturales Seleccionados (Modecult), del Inegi, reveló que, dentro de las afectaciones a la cultura por las restricciones de la pandemia, la actividad escénica fue una de las más afectadas. Al menos hasta la mitad del 2020, la asistencia al teatro presencial en el país se redujo 77%, mientras que la dancística recibió 88% menos público. De hecho, la aportación de las artes escénicas y espectáculos al PIB cultural del país decreció significativamente: pasó de 5.6% en 2019 a 3.8% de participación en 2020, en un año su aportación se redujo un tercio.

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El Foro Shakespeare sigue abierto por la voluntad de muchas personas. Durante una entrevista por Zoom con Itari Marta, quien ha dirigido el Foro por más de veinte años, que cuenta aquello que se necesita para mantener con vida un espacio como el Foro Shakespeare, si asistir a las funciones y pagar nuestro boleto es sufiente para sostener un espacio así o no. “El Foro Shakespeare trabaja sobretodo con ese amor de las personas. También creo que se alimenta de los espectadores y espectadoras que van. Yo creo que el Foro Shakespeare vive en un 70% de lo que alguien consume en ese lugar: en la librería, en el restaurante, en la taquilla –reflexiona– sí, en su gran mayoría, el Foro no vive de las becas. Las becas son un 20% de lo que gana el Foro Shakespeare. Y, generalmente, las becas que le dan al Foro Shakespeare, dado que no hay becas para espacios culturales per se, es para producir contenidos. Y los contenidos finalmente llegan a la cartelera y alguien compra un boleto.”

Lo que el equipo de este espacio en la colonia Condesa hacen para que la gente vaya al teatro implica recibir proyectos que tengan una misma percepción de la realidad. “Después de 20 años de trabajo, hay una especie de selección natural porque la gente conoce el Foro y conoce qué contenidos más o menos caben y más o menos quieren ver ahí. Y también porque creo, el Foro ha puesto una posición política, no sólo una posición económica”

Itari considera que la posición política es lo más importante porque “de entrada, tenemos un proyecto que abandera mucho de nuestra personalidad que es el proyecto de impacto social de Santa Martha [Acatitla]. Entonces, aunque no es del todo parte del Foro, que ya tiene su vida independiente, eso habla de quiénes estamos ahí y de qué es ese espacio.Ese imán atrae ciertos contenidos, ciertas actitudes…”

Algo que caracteriza al Foro Shakespeare es la permanencia. Bruno Bichir e Itari Marta han perdido su patrimonio personal para que siga vivo porque creen en eso. “Porque creemos en la permanencia, la continuidad. Y en una profesión como está, en una carrera como está hace falta arriesgarlo todo. Como dice la obra de Algo de Ricardo: “¿Shakespeare lloraba porque se le quemaba su teatro? No, actuaba. Los arrestaban y seguían” Entonces, eso es lo que hemos hecho, creemos en eso también.”

Para ella el gran reto es “no desaparecer y seguir adelante con lo que uno cree, sin morir en el intento.” También, que cada vez haya más espectadores que vayan al teatro “porque quieren, porque escucharon, porque se quieren conmover, porque quieren ampliar su cerebro. Que sean otros los motivos por los que alguien vaya al teatro no nada más reírse o divertirse. Qué maravilla tener espectadores que tengan la intención de estirar el cerebro, estirar su capacidad, de aprender, de quedarse con algo en la memoria. Además de tener la posición política de que están yendo a un espacio independiente y lo que eso significa. Es decir, que no están yendo a cualquier espacio, sino que están yendo a un espacio que tiene una carga o una operatividad distinta.”

El teatro nos permite ejercitar nuestra capacidad de reflexión y análisis crítico de la realidad que vivimos. Pues en situaciones cambiantes como las que vivimos, altamente volátiles, con alta incertidumbre, complejos y ambiguos (VUCA), necesitamos saber leer e interpretar el mundo en que vivimos. ¡Vamos al teatro!

Una entrevista con Itari Marta, la directora de “Algo de Ricardo”

Por Johana Trujillo (@jOtrujilloA)

La idea de traer este texto a México fue de Ricardo Reynaud, quien protagoniza este monólogo de Gabriel Calderón, autor y dramaturgo uruguayo, director de la Comedia Nacional de Uruguay.

 

Con producción de Shakespeare & Cia, “Algo de Ricardo”, que llega por primera vez a nuestro país, iniciando los festejos del 40 aniversario de Foro Shakespeare, un espacio que al igual que el teatro y los grandes clásicos, ha sobrevivido a las adversidades.

 

“Creo que los argentinos, los uruguayos, los chilenos, todos estos países que tuvieron dictaduras fuertes, cierto grado de crueldad en algún momento de su historia, la huella que dejó en las generaciones que siguieron fue muy profunda, muy interesante… la muerte, como dice [el dramaturgo] Edward Albee, tiene un poder purificador, o un poder reconstituyente, o algo positivo por así decirlo. Entonces, todos estos autores han logrado ser muy descarados, cínicos, muy encarnados en hacer textos que nos reflejen y que además tengan un buen sentido del humor”.

 

Basado en la tragedia de William Shakespeare, este monólogo es una comedia de humor negro que expone el universo teatral, los pensamientos y sentimientos que su personaje experimenta al saber que protagonizará a Ricardo III, el anhelado papel que siempre había esperado. Al darse cuenta que las circunstancias no están a su altura, hará lo necesario para que éste sea un montaje digno de su trayectoria.

 

Ricardo III de Shakespeare –aquel que no conoció límites para tomar el poder y que varias veces logró incomodarlo– es tan parecido al Ricardo de esta obra y así mismo, es afín a los que presencian el acto, que a diario luchan en un mundo que empuja todo el tiempo a cumplir metas como tener dinero, ser famosos o tener reconocimiento.

 

El monólogo es una autocrítica al mundo de los escenarios, sus espectadores y, en consecuencia, al ser humano. La importancia de dicho proyecto radica en la similitud de la obra con la vida misma y la labor artística. Todos en busca de la Corona para sentirse satisfechos, Reyes y Reinas en busca de poder, haciendo justamente lo que Ricardo III: pasar por encima de todos y todas, sin piedad. Pero hay esperanza en medio de la tragedia porque el teatro nos permite reflexionar, conversar y conmovernos.

 

“El teatro es este espejo, esta crónica, esta cosa que te tienen que poner enfrente para ver si así te gustaría cambiar algo de ese espejo porque, si también el teatro vive en una especie de palmaditas en la espalda, de condescendencia pues el espejo no funciona. Es que como si quisiéramos ponerle un espejo a una sociedad, pero es un espejo que está manchado, de estos viejos que ya no te puedes ver, entonces, el teatro ya no sirve para mucho. O sirve como una especie de adorno.”

 

Esta puesta en escena es un proyecto realizado con el apoyo del Sistema de Apoyos a la Creación de Proyectos Culturales (FONCA). El trabajo escénico se complementa con Miguel Ángel Velázquez en el diseño de iluminación, Itari Marta en el diseño de escenografía; Sandra Garibaldi como responsable del diseño de vestuario, Karla Sánchez del diseño multimedia y Verónica Barba es la asistente de dirección y productora ejecutiva.

 

Algo de Ricardo se presentará los jueves a las 20:30 horas hasta el 20 de abril de 2023 en el Espacio Urgente del Foro Shakespeare, ubicado en Zamora no. 7, colonia Condesa, Alcaldía Cuauhtémoc, metro Chapultepec. Los boletos cuestan $300 y se pueden comprar en taquilla o a través de https://foroshakespeare.com/evento/algo-de-ricardo/

https://www.ticketmaster.com.mx/algo-de-ricardo-boletos/artist/2962849

El Síndrome Duchamp

Por Viridiana Nárud / Foto: Por Piedad Teatro

Contra toda opinión, no son los pintores sino los espectadores

quienes hacen los cuadros.

Marcel Duchamp

 

Cuando asisto al teatro es porque me gusta ver en el escenario lo extraordinario. Soy una espectadora que busca y esto me vuelve crítica. Es cierto que la estructura de la dramaturgia se ha perdido, pero no significa que por ello haya dejado de ser importante. En escena, todo tiene una dramaturgia y es que también la imagen cuenta una acción dramática, incluso en yuxtaposición de escenas que en su contenido parecen abstracto, tienen como función revelar una emoción ya sea pasional o estética. El arte revela, por eso Duchamp, incluso después de haber inaugurado esta vertiente del no arte y arte conceptual se consagró como artista.

 

Es inevitable pensar en el francés cuando una obra lleva su nombre y hace honor a su obra. Sin embargo, existe una falla en el concepto. La obra tiene déficits conceptuales y su ejecución no deja de habitar la superficie, es cierto que está hecha con todo el corazón, pero a veces eso no es suficiente. El arte conceptual exige un genio que pueda desarrollar y mantener el aliento del concepto, ese es su arte.

 

“El Síndrome Duchamp” quiere hablar del migrante que deja México para probar suerte en E.U.A, sin embargo, es un migrante exquisito, conocedor de la obra de Van Gogh, de Monet, de Duchamp y su vida se transforma después de conocer el MOMA en Nueva York. También traza la vida de un hombre que vive marginado por su condición de migrante, de asocial, de pobre que ha encontrado en una cucaracha a un amigo y mentor, también es un cómico poco gracioso. Todo está, pero nada se vuelve sensible.

 

Las imágenes de los objetos simpáticos en su apariencia, pero no revelan nada a la psique. Es una multiplicación en escala de su alter ego que clama ser reconocido. Según el autor esta obra es la búsqueda de amor, entonces, por qué no encarar de frente a ese sentimiento y revelar que está trazado, pero se mantiene en la superficie.

Noche de Reyes: ¿Cómo se actualiza un clásico del teatro universal?

Por Isael Almanza (@isaelaqui)

 

Alonso Iñiguez es uno de los directores jóvenes con trayectoria solida. Esto es debido en gran parte por este montaje realizado en el año 2017, que a cinco años de ese estreno, se vuelve a remontar, a re visitar su vigencia, no sin antes resaltar al elenco, que es casi en su totalidad el equipo actoral original. Destaco la gran interpretación y entrega de Adriana Montes de Oca, quien hace el papel de bufón y nos plantea de manera clara desde la primera intervención el alma lúdica de la puesta en escena, así como del trabajo de Pache Amor (Pablo Chemor) en la creación del montaje musical y en la interpretación del papel cómico en escena, resaltando su maestría entre dos universos complejos.

Ahora mencionaré los por qués y virtudes de que Noche de Reyes se vuelva a presentar. Su adaptación, pues toma el juego de géneros que ya está planteado por Shakespeare y lo potencializa Alonso travistiendo a todos los actores y a todos los personajes, entrelazando con la inteligencia al puro estilo Cabaret, con música en vivo y actores-cómicos, que dan vida a una constante fiesta e ironías dentro de la obra. A su vez, la inteligencia al plantear la verbalidad más cercana a un público mexicano que al purismo del verso Isabelino, es así como juega a meter incluso fragmentos improvisados de Pedro Páramo. El uso del lenguaje incluyente detona dentro de esta adaptación shakesperiana, en el que hombres actuaban interpretando a ambos géneros, y en este caso las mujeres fungiendo de hombres, haciendo de un enredo un juego, y una postura clara de que hoy en día uno es libre de vestir y ser el género con el que más se identifique. Otra gran virtud es el trabajo de Mauricio Ascencio, que se merece prácticamente una nota por su gran trabajo en el diseño escenográfico, lumínico y de vestuario, el cual es un trabajo meticuloso, lleno de detalles y discurso poético. El escenario es una fragmentación meta-teatral con telonería, pero también piezas de piso de madera que pueden fungir como si estuvieran en un barco, y esa telonería se queda como las velas de este barco, y esas velas dan una naturaleza en el que las luces se reflejan y se vuelve un ciclorama en cada momento lírico de la puesta, una resignificación constante. Mauricio, acompaña con gran complicidad cada uno de los pasos de los actores, así como los de Alonso, resultando una obra redonda, donde uno no deja de reír, e interactuar con lo que sucede en escena, y a su vez admirando el trabajo de diseño escénico.

Es un montaje donde se ven amigos divirtiéndose y haciendo teatro por amor, pero también con disciplina, espontaneidad, rigor y profesionalismo. Funciona tan bien el trabajo que ellos se encuentran por arriba de la propia obra. ¿Por qué lo digo? Porque llenan cada hueco, hacen ver tan sencillo los gags, la forma de improvisar que la anécdota, el relato, pasan a un segundo plano, para seguir adentrándose en el trabajo actoral.

¿Cómo se actualiza una obra de teatro universal? Apropiándose del discurso, pero sobre todo, divirtiéndose como lo hacen en este caso. Ojalá nunca se dejen de divertir, ni se aburran.

Últimas funciones en el Teatro Milán (Lucerna 64, esquina Milán. Colonia Juárez) hasta el 18 de diciembre de 2022. Viernes 20:00 horas, sábado 19:00 horas y domingo 18:00 horas.

 

Dramaturgia: William Shakespeare.

Dirección: Alonso Íñiguez Sosa.

Elenco:  Adriana Montes de Oca, Antonio Alcántara, Carlos Aragón, Diana Bovio, Jacobo Lieberman, Julián Segura, María Penella, Pablo Chemor y José Ponce.

Duración aproximada: 120 minutos

Clasificación: Adolescentes y adultos