Festival de Monólogos. Teatro a una sola voz 2021

Johana Trujillo (@jOtrujilloA)

 

Del 2 al 9 de agosto concluirá en Ciudad de México la edición 16 del Festival de Monólogos. Teatro a una sola voz 2021, un circuito itinerante que pasa por diversos estados de la república mexicana en el marco de la campaña #VolverAVerte de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL). Todas las presentaciones son de entrada libre.

 

El festival reúne siete puestas en escena unipersonales que en este momento se encuentran recorriendo las ciudades de Saltillo, Coahuila; Guadalajara y Lagos de Moreno, en Jalisco; León y Guanajuato, en Guanajuato; Morelia y Zamora, en Michoacán.

 

Los montajes que forman parte del festival son Ejecutor 14, 30+1 (obra para una actriz y un radio), Tonta, There’s no home like place, Wilma, Nana y Camille Claudel. En la Ciudad de México estarán en espacios del Centro Cultural del Bosque, como lo son el Teatro El Granero, Xavier Rojas y la Sala Xavier Villaurrutia, y en los espacios administrados por RECIO (Red de Espacios Culturales Independientes Organizados de la Ciudad de México), que son La Teatrería, el 77 y El Hormiguero.

 

La primera obra será Ejecutor 14, de las compañías MonoTeatro y TeatroSinParedes, con texto de Adel Hakim y traducción y dirección de David Psalmon, que plantea un viaje hacia el interior de un hombre común vuelto verdugo, interpretado por el actor Osvaldo Sánchez que, mediante una reconstitución de los hechos, le será devuelta su humanidad para encontrar la paz. Se presentará el 2 de agosto a las 20 h, en el Teatro El Granero, Xavier Rojas, y el 3 de agosto a las 20 h, en La Teatrería.

 

 

 

Después, 30+1 (obra para una actriz y un radio) de la agrupación Córvido Teatro. Esta pieza de Lucio Peregrino, interpretada por Diana Becerril, bajo la dirección de Diego Montero, muestra a Guillermina, una mujer de 75 años, sana y sola, ex empleada de limpieza en una escuela de educación básica, quien se enfrenta a los primeros momentos de su etapa de retiro para construir una vida que le permita hacer lo que siempre ha querido. Se presentará el 3 de agosto a las 20 h, en la Sala Xavier Villaurrutia, y el 4 de agosto a las 20 h, en El 77.

 

 

Los Tristes Tigres presentan Tonta, texto y dirección de Adrián Vázquez y actuación de Arlet Gamino el miércoles 4 de agosto a las 20 h, en la Sala Xavier Villaurrutia. Desde la mirada cándida e inocente de una mujer que intenta encontrar en el significado de las palabras la verdad de la existencia, que contempla el mundo con una mirada transparente, esta obra es un grito de rebelión, una manera de alzar la voz ante el abuso, la mentira y la hipocresía de la sociedad.

 

 

 

El circuito seguirá con There’s no Home Like Place, escrita, dirigida e interpretada por Antonio Cerezo, que funge como un espectáculo de teatro de papel que juega con la famosa frase del mago de Oz para reflexionar sobre la construcción emocional del hogar. Esta es la historia de un hombre que se pregunta: ¿dónde está mi casa? ¿Mi hogar es un lugar? Dará función el 5 de agosto a las 20 h, en la Sala Xavier Villaurrutia, y el 6 de agosto a las 20 h, en la Teatrería.

 

 

 

La compañía Porta Teatro presentará Wilma, escrita, dirigida y actuada por Itzhel Razo. La obra apela al “biodrama” y expone documentos, experiencias personales y de ficción, que muestran un tipo de racismo poco conocido en el país. Tendrá funciones el 6 de agosto a las 20 h, en el Teatro El Granero, Xavier Rojas, y el 7 de agosto a las 20 h, en la Teatrería.

 

 

 

La Gorgona Teatro presenta Nana, una pieza escrita y dirigida por José Uriel García Solís e interpretada por Daniela López García, la cual muestra a Nana, una pequeña niña que comienza a hacer cosas extrañas y a olvidarlo todo. May cree que el ladrón de los recuerdos intenta llevarse a su abuelita y sabe que debe ayudarla. Se presentará el 7 de agosto a las 19 h, en la Sala Xavier Villaurrutia, y el 8 de agosto a las 13 h, en El Hormiguero.

 

 

 

Festival de Monólogos cierra con la compañía Stage of the Arts, quienes presentarán Camille Claudel, una obra de Gaël LeCornec, basada en la conocida historia de amor y drama de dos genios del arte, Camille Claudel y Auguste Rodin, que se presenta, en esta ocasión, con un final renovado y esperanzador. Tendrá funciones el 8 de agosto a las 18 h, en la Sala Xavier Villaurrutia, y el 9 de agosto a las 20 h, en El 77.

 

 

 

 

Festival de Monólogos. Teatro a una sola voz es el circuito itinerante de teatro más grande a nivel nacional y único en su tipo. Fue creado para desarrollar y visibilizar el trabajo escénico unipersonal en México, además de generar una fructífera colaboración entre las instancias participantes. Esta edición significa la reactivación del sector cultural al reabrir los espacios teatrales tras el cierre por la pandemia COVID-19. Cabe mencionar, que estas funciones se presentarán con un intérprete de LSM (Lengua de Señas Mexicana, que efectuará la traducción completamente en vivo y en escena.

Ernest y Bottom

Por Viridiana Nárud

No existe nada mejor que saber que la crítica no es absoluta y que cambia conforme al tiempo, la obra y la evolución de los creativos. Mientras veía Ernest y Bottom trataba de reconocer un rostro arriba del escenario. La edad nos ha cambiado. Sin embargo, al leer el programa de mano me encontré con el nombre de Karim Raziel/Torres. Fue una grata sorpresa verlo en el escenario, su evolución como actor y dominio lo ha convertido en un manipulador de las emociones, cosa que no es sencilla.

Ernest y Bottom es una obra clown para niños divertida que habla de temas serios como la muerte. Dos hombres de las tercera edad se encuentran en la habitación de un hospital, uno tiene un carácter más agrio que dulce; el otro, es un enamorado de la vida y el mar. La rutina, la dulce y estricta enfermera los obligan a conocerse y a quererse mutuamente hasta que llega el adiós.

Esta obra me hizo recordar mi infancia frente al televisor de 17 pulgadas viendo las caricaturas del Canal Once, en especial “Pingu”. Pensé que desde niños estamos relacionados con el clown y no lo sabemos. Que al menos en mis tiempos, uno podía pasar viendo algunos capítulos de estas caricaturas y tener diversión e inocencia aseguradas. Fue emocionante escuchar las risas de los niños, ver el teatro medio lleno y con las debidas medidas de higiene.

Es importante destacar el valor de producción que tiene esta obra: la escenografía, el vestuario, la iluminación, todo se encuentra en su debido lugar y hace que sea una producción limpia y estéticamente atractiva. Me emocionó mucho recordar mi infancia con “Pingu”, ver a personajes tan entrañables como Ernest, Buttom y la enfermera, ver que los niños se reían con una historia sencilla, pero bien contada, sin pretensiones.

Ernest y Buttom es un respiro en medio de la realidad, hay risas y lágrimas. Muestra a nuestros niños que no todo es color de rosa y nos aleja de esta realidad construida por influencers. Ver lo bonito del teatro, reír, aprender en él la vida es un acto de amor que podemos heredar a nuestros pequeños y disfrutar también la obra.

 

Dramaturgia: Geralldy Nájera
Dirección: Geralldy Nájera
Elenco: Juan Cabello, Karim Torres y Lucía Pardo.
Dónde: Teatro Milán
Cuándo: Domingos del 20 de junio hasta agosto, 12:30 hrs

La fundamentalista

Por Viridiana Nárud

 

“Y los ojos de ambos se abrieron y ‘reconocieron’ que estaban desnudos” Génesis

En un libro poco conocido escrito por Maimonides, un cabalista judío, titulado “Guía de los perplejos”, en su acercamiento para entender a Dios comienza con la negación de lo que no es Dios porque a manera de entendimiento de esta crítica y escritora, Dios puede alejarse mucho de su significado al clasificarlo en Imagen y semejanza al Hombre. Dios no es amor y no es un Hombre, entonces, ¿qué es?

En esta interrogante es como la Ciencia, las religiones y sectas se han creado. Los rostros de Dios siempre han sido distintos en cada sociedad primitiva o moderna. Su mito y relatos han permitido la creación de sociedades cada vez más evolucionadas y también su contrario.

El fundamentalismo está basado en una interpretación literal de la Biblia y se busca dar respuesta y guía a nuestro comportamiento. Sin embargo, el hombre podría reconocerse mejor en esta imagen del círculo y laberinto que trazó Jung para tratar de explicar la mente humana. “La Fundamentalista”, obra escrita por el dramaturgo Juha Jokolea es el constructo de un laberinto en donde la salida no es visible. No existe Ariadna que nos salve.

En medio de la duda, de intensas reflexiones y diálogos en donde se cuestiona lo que es o no es Dios, los personajes esconden un pasado amoroso y doloroso. La impotencia de un sacerdote en donde sólo puede amar a través de la cristalización del amor, lo que significa sólo amar al prójimo desde una distancia agrava su impotencia. Interesante paradoja para una religión como el cristianismo que invita amar al prójimo como a nosotros mismos. Lo que me hace cuestionar cómo es que vivimos esta relación de amor con nosotros mismos.

También existe esta mujer romántica que sólo encuentra un motivo de vida cuando una religión le da certezas acerca de su propia existencia, cuando un hombre impotente le da certeza de su amor. Se encuentra dispuesta abandonarlo todo en pos de esa gran verdad. Pero, ¿es la vida o el amor un lugar de certidumbre? Acaso, ¿no caminamos ciegos ante la vida y su destino? ¿No es el amor más una incertidumbre que una certeza? ¿No es Dios más una ausencia que una presencia?

Después de estos intensos diálogos y reflexiones que nos mantienen como espectadores en el vilo de la banca, se nos invita a encontrar la Paz. ¿Pero cómo lograr eso cuando todo a nuestro alrededor a quedado devastado?

La Paz sea con ustedes…

 

  • La obra estará en temporada hasta el 18 de julio de 2021. Jueves y viernes 20:00 horas, sábados 19:00 horas y domingos 18:00 horas. Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque. Entrada general $150. Descuentos habituales en taquilla. Cupo limitado. Aforo reducido del 40%.

El teatro que nos dejó la pandemia

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

A manera de maldición un proverbio chino desea al otro que viva tiempos interesantes. ¿Qué hace a una época interesante? Parece ser que es en retrospectiva que uno puede dar semejante valor, porque en su momento parece ser todo convulso. Después de un año de la pandemia, del encierro obligado, de una vacuna que aún no es segura, podríamos hacer un ejercicio que en retrospectiva nos muestre su interés.

Las cosas cambiaron. Trump perdió las elecciones y lo que parecía imposible, se mostró como una posibilidad: Una guerra civil dentro de la potencia más grande del mundo. El mundo conoció la otra cara de la moneda de esta potencia: la intolerancia, la ignorancia y el racismos exacerbado salió de las cloacas. La muerte de George Floyd siendo grabada. Black Mirror se quedó corto. La realidad siempre supera la ficción.

En nuestro país la intolerancia, la división de clases se mostró como victoria en nuestras elecciones. Somos una telenovela: Buenos vs malos; ricos vs pobres y nuestra calidad humana, el diálogo, la comunidad con el otro quedaron atrás. Lo importante es el color de tu piel o el color de piel que tiene tu pensamiento. Nuestras ideologías importan más que nuestro sentido común y nuestra capacidad de discernir como individuos no importa. Lo valioso es pensar en colectivo.

La salud física y mental cobraron estragos. La ansiedad se vio en aumento. La venta de dildos aumentó porque los abrazos y nuestra sexualidad quedaron restringidas en aplicaciones. El miedo de encontrarnos, de conocernos sigue perpetuándose. Las madres histéricas encerradas con sus hijos. La restricción del consumo del alcohol porque la violencia incrementó. Una serie de influencers, uno más idiota que el otro, alcanzaron la fama. Los abrazos quedaron restringidos y el acto mismo de abrazar parece una insurrección que pone en riesgo tu vida.

El teatro, así como todo espacio cerrado que invite a la masa, es peligroso. El virus puede matarte, es una realidad. Así que su asistencia podría ser un acto extremo. ¿Por qué como espectadores tendríamos que ir a poner en riesgo nuestras vidas? Yo digo que es por una necesidad de sentir y pensar. Sin embargo, las ofertas en cartelera anuncian una pausa en el tiempo, son producciones que sólo esperaron la apertura de los teatros para ser montados. Pero el mundo, el lenguaje cambió y esa existe una urgencia de vivir y sobrevivir.

El concepto y las ideas apenas si tocan la superficie ni hablar de los sentimientos. Se ha confundido la poesía y la filosofía dentro del teatro con palabras cursis y artifisiosas, cuando en realidad su función es la revelación del mundo y de las ideas. El mundo no sería lo mismo sin las ideas de Nietzsche sin la poesía de Mallarmé.

El crítico no es un aliado del artista, pero sí del arte. El crítico cuestiona y critica en su primer acepción de la palabra: genera un análisis pormenorizado y valores propios de la materia, que en este caso es el teatro.

Nos encontramos en un momento interesante. La invitación es a que las carteleras de teatro se renueven, que los artistas se reinventen y que no sólo hablen lo que tenían que hablar el año pasado. La noche nos ha cubierto y apenas podemos distinguir el mundo de las sombras. La muerte ha llenado los velatorios y ha hecho a las casas funerarias más ricas en medio de una crisis económica. Muchos de nuestros amigos, conocidos y familiares se han ido y el miedo de tocar y estar con el otro nunca ha sido tan real. No demos oportunidad a que la nada habite nuestro discurso porque entonces todo podría volver a pasar.

Pollito

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

De las lecciones que más recuerdo en mis clases en la Escuela de Escritores, existe una constante que repetían los maestros que parece ser una premisa antigua y muy útil que se transmite de generación en generación: Podemos permitirnos todo, menos, ser ingenuos. Sin embargo, parece ser que esta premisa es ignorada por la dramaturga Talia Yael.

 

La obra narra la historia de “Pollito” una niña a quien en realidad nunca sabemos qué le pasa; no sabemos si fue abusada sexualmente por su padre, por su madre, por su abuelo; si su despertar sexual realmente significó algo porque en realidad nunca se enfrenta a ningún conflicto, sin embargo, se llenó de mucho.

 

Hablar desde la oscuridad, desde la sombra, de lo oculto, de la perversión y la transgresión no es fácil. Transgredir siempre puede ser un recurso fácil: poner a lamer al personaje calzones llenos de menstruación. El conflicto con la madre que se convierte en algo incestuoso ya ha sido narrado antes. La pianista de Jelineke narra la tortuosa relación de una mujer consumida por su madre de manera que perturba. También vimos esta historia bajo la dirección Haneke. ¿Calzones menstruados? También ya los hemos visto en Instagram.

 

Transgredir es también un arte. Gaspar Noé lo ha demostrado en sus filmes: la famosa escena de Mónica Belucci siendo violada en los pasillos del metro; Climax, esa fiesta interminable que termina en asesinatos. Lo importante en estas narrativas de estos autores es que no sólo aíslan escenas transgresoras, sino que existe una trama que teje y perturba lo más íntimo de la psique. No son las imágenes aisladas las que transgreden, es la historia. ¿No vemos a diario en cada esquina las historias de periódico Metro o Alarma en donde vemos cadáveres?

 

“Pollito” desde su título no encierra en su significado ningún simbolismo, ni es bonito ni es nada. Es el nombre del personaje a quien en realidad nunca conocemos. La puesta en escena desde el inicio enmarca un desequilibrio. Parece que existen dos escenarios: uno blanco que nos recuerda a los baños de gimnasio muy viejos, el otro, un montón de actores amontonados, junto a un músico que dramáticamente no suma nada a la historia. Esta disposición escénica depende de la directora Micaela Gramejo. Mi pregunta es: ¿qué significa para la obra este amontonamiento?

 

La dirección de Micaela guía a los actores, evidentemente adultos, a actuar como niños, lo cual es desgastante. No existe nada más molesto que ver a un adulto hablar como niño. La obra no habla de nada, sólo contiene muchas historias sin rumbo que suponemos pasaron a un solo personaje.

 

¿Hasta cuándo la narraturgia dejará de ser ganadora del Premio Gerardo Mancebo? Es urgente la disciplina de una buena lectura por parte de los jurados. El drama está infectado de juegos del lenguaje que contrastan entre lo infantil y la mala poesía. Urge contar historias que sacudan, que eleven y resignifiquen el lenguaje, que nos hagan sentir que valió la pena exponernos a una pandemia por ir al teatro.

Vampilovers Forever

Por Viridiana Nárud

 

Asistí a ver Vampilovers por la invitación de Lilie Khavetz quien actúa en la obra y me emociona mucho siempre escuchar a una joven actriz quien cree que el teatro puede cambiar al mundo. Hablar con ella me hace recordar que los ideales pertenecen siempre a los jóvenes.

Mientras veía la escenografía y el foro recordé foros como “El bicho” y muchos otros que pisé y no recuerdo su nombre porque hoy se encuentran cerrados. Carretera 45 es ese espacio que ha sobrevivido al cierre y que permite que los jóvenes y sus ideas tengan un espacio. Es urgente la apertura de espacios como estos. Casas, foros, en medio de la colonia que narren historias distintas.

Ahora hablaré de la historia: Vampilovers es una historia escrita por Luis Guerrero y dirigida por Christian Cortes, dentro de su elenco se encuentran Lilié Khavetz, Iraís Ríos e Iván Zambrano. Esta obra narra el enamoramiento de una adolescente por un vampiro centenario. Las novelas han impregnado su mundo de un ideal romántico. Conforme transcurre la historia, la trama comienza a complejizarse y nos habla no sólo del despertar sexual de una mujer, también narra la historia de un depredador sexual y la desaparición de su mejor amiga.

Es importante señalar que en ocasiones cuesta trabajo escuchar a los actores y uno debe poner más atención, para escucharlos. En el caso de Iván es necesario señalar que la actuación debe mantener una proyección para el público y no ocultarse. Esto porque una cosa es crear un personaje misterioso y otra ocultarse detrás del personaje. Ayudaría que las luces se encontrarán mejor enfocadas.

En los casos Lilié Khavetz e Iraís Ríos me hicieron recordar la pasión del por qué uno actúa, esa necesidad de seducir en el escenario, de ser visto en la justa medida. La dirección de Christian Cortés demuestra su entendimiento en el texto y juega con esta teatralidad que separa y une a los personajes estableciendo normas que sólo pertenecen a la ficción.

Vampilovers me hizo recordar mis primeras críticas en espacios independientes, la fiebre juvenil de actuar y entregarse al sueño del arte. Es importante que como críticos asistamos a este tipo de eventos porque un nuevo semillero está gestando nuevos frutos.

Larga vida a Carretera 45 y al teatro porque en estos tiempos pandémicos la ficción nos mantiene cuerdos.

La ausencia de presupuestos, infraestructura y rumbo cultural

Fredo Godínez

 

Aún hay mucho por hacer en material cultural y no se diga en el ámbito escénico. Los avances que había logrado la comunidad artística de México se pararon o anularon con la presente administración cultural, ya sea por una nula comprensión del manejo y administración del presupuesto cultural o por aceptar que el dinero se vaya a los grandes proyectos del Presidente de la República Mexicana que poco o nada tienen que ver con el ámbito cultural.

 

En las planificaciones culturales existían dos visiones: mejorar y aumentar la infraestructura cultural o apostar por mayor presupuesto para diversos eventos de índole cultural. Por otro lado, la presente administración optó por inventarse una nueva forma de ver el mundo: creación de la austeridad republicana devenida en: despido de personal del ámbito cultural, disminución de presupuesto para apoyos a cambio de un aumento de programas, retraso de pagos a artistas y trabajadores de la misma Secretaría de Cultura Federal; entre otras cosas que se han realizado sin medir consecuencia alguna.

 

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su Artículo 4º, dice:

 

“Toda persona tiene derecho al acceso a la cultura y al disfrute de los bienes y servicios que presta el Estado en la materia, así como al ejercicio de sus derechos culturales. El Estado promoverá los medios para la difusión y desarrollo de la cultura, atendiendo a la diversidad cultural en todas sus manifestaciones y expresiones con pleno respeto a la libertad creativa. La ley establecerá mecanismos para el acceso y la participación a cualquier manifestación cultural[1]”.

 

Y quiero suponer que tomando en cuenta lo plasmado en la Constitución, a meses previos del comienzo de su gestión, es que Alejandra Frausto realizó una serie de mesas de diálogo: arquitectura y diseño, artes visuales, cine, cultura comunitaria y de paz, cultura digital, cultura infantil y cultura joven, danza, economía cultural, gobernanza, letras e industria editorial, música, patrimonio inmaterial/culturas populares, patrimonio cultural material y teatro; que a su vez estaban contenidos en 4 ejes rectores: redistribución de la riqueza cultural, cultura para la paz y la convivencia, inclusión y equidad, y vida creativa e industrias artísticas y culturales. Todo esto, pienso, con la finalidad de comprender y conocer el fenómeno y así saber cómo crear un correcto desarrollo dentro de su administración.

 

Sin embargo, los escándalos, la falta de pagos, la desaparición de muchos programas culturales y la escasa o nula comunicación con la comunidad artística han sido la constante de esta administración.

 

A raíz de esto, me invaden varias preguntas que externaré:

 

  • ¿Cuál fue el diagnóstico que dichas mesas le arrojaron?
  • ¿Ese diagnóstico en qué o cómo está reflejado en el Plan Sectorial de Cultura 2020-2024?
  • ¿Por qué se tardaron prácticamente dos años en trazar dicho plan si máxime se tiene un año de colchón para operar con el presupuesto y plan trazados por la anterior administración, y al siguiente año ya tendrían que presentar su propio plan con base en los trabajos realizados durante la entrega/recepción y periodo de transición?

 

Según este Plan Sectorial de Cultura 2021-2024[2], México cuenta con la siguiente infraestructura:

 

El Sistema de Información Cultural de la Secretaría de Cultura indica que el país posee 1,387 museos, los cuales se encuentran en 574 municipios, en los que habita 65.9% de la población nacional; las 2,157 casas de cultura y centros culturales se encuentran distribuidas en 1,152 municipios del país, en donde reside 85.7% de la población y los 678 teatros se encuentran distribuidos en 208 municipios, cuya población corresponde a 49%. La infraestructura cultural mejor distribuida conforma la Red Nacional de Bibliotecas de la propia Secretaría, que se encuentra presente en 92.6% de los municipios donde habita 99.6% de la población.

Recurso Cantidad 2019 Habitantes por recurso*
Red Nacional de Bibliotecas Públicas 7,456 16,977
Centros culturales y casas de cultura 2,157 58,682
Museos 1,387 91,260
Auditorios 906 139,710
Galerías 885 143,026
Complejos cinematográficos 821 154,175
Teatros 678 186,693
Zonas arqueológicas abiertas al público 192 659,259
* Población proyectada 2019: 126,577,691 habitantes.

Fuentes: Secretaría de Cultura, Sistema de Información Cultural, 2019, y Consejo Nacional de Población, Proyecciones de la Población de México y las Entidades Federativas 2016-2050.

 

 

Tomando en cuenta que uno de sus principales objetivos es la descentralización, hago lo siguientes cuestionamientos:

 

  • ¿Por qué no se presentó un plan para que girará la exposición de Modigliani o Zapata después de Zapata en las diversas capitales de cada Estado?
  • ¿Por qué seguimos sin conocer un plan para que las obras apoyadas o producidas con dinero de la Coordinación Nacional de Teatro se presenten en los diversos espacios escénicos que se encuentran en todo el país?
  • ¿Por qué no se ha presentado un Programa de Circuito Teatral que permita a las agrupaciones y/o artistas escénicos de todo el país, presentarse en diversos Estados?
  • ¿Por qué no se ha presentado un calendario de capacitación que permita que creadores de todo el país impartan talleres a lo largo y ancho de toda la república, de tal forma que se incentive la descentralización y desregionalización del arte escénico?
  • ¿En verdad cada Estado tiene la suficiente infraestructura escénica gubernamental para albergar buenas producciones nacionales e internacionales?
  • ¿Se cuenta con instalaciones dignas y de calidad para contribuir a un correcto desarrollo de las compañías escénicas en cada Estado, similar al Centro Cultural del Bosque o Complejo Cultural Universitario de la UNAM?
  • ¿Merece o no merece la pena que Federación, Estado y Municipios inviertan para crear una gran infraestructura cultural que permita el correcto desarrollo de las diversas artes escénicas de todo el país?

 

A diferencia de muchos gestores e integrantes de la comunidad artística, yo -junto con Consuelo Sáizar- creo que en todos los estados debería existir una especie de cineteca con un número importante de salas y una especie de CCB, pues ambos espacios/proyectos permitirán no sólo un correcto desarrollo de dichas expresiones artísticas, sino que mejoraría y ampliaría el circuito, al mismo tiempo que representaría un incremente en la oferta laboral.

 

¿Saldrá bien librada la Cultura de tanto golpe?

 

 

 

 

[1] Luis Norberto Cacho Pérez (2018). Derecho Cultural. México: Porrúa. P. 16

[2] http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5596142&fecha=03/07/2020

Yo sólo sé que no sé náhuatl

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

“Yo sólo sé que no sé nahualt” es una obra cabaret que perteneció al Ciclo de Teatro al Aire Libre del Centro Cultural Helénico, con motivo del Día Internacional del Teatro. Este ciclo fue lidereado por César Enríquez. Como invitados estuvieron los chicxs de Talavera Cabaret, compañía que tiene su base en Puebla. Esta obra hace un referente obvio a los exgobernadores de Puebla Moreno Valle y Erika Alonso.

La obra nos lleva a un pasado remoto de la Tenochtitlan en donde existió un juego, “Jumanji Mexica”, el cual se encuentra enterrado bajo la juguetería Livercool. Tras el descubrimiento de una niña de siete años Coniyi, quien tiene una beca CONACIT, se liberan antiguas fuerzas destructoras del pasado y toman vida en este plano. Sin embargo, el Universo carece una estructura lógica y es difícil continuar la trama ya que se rompe a manera de capricho. La obra parte de premisas raciales que separan a los “prietos”, “cafés”, de los blancos y españoles.

Este tipo de planteamientos me hizo cuestionarme: ¿Es el arte un vehículo en donde se deba salvaguardar la ingenuidad y los prejuicios? Clasificar a las personas por el tono de su piel, por la colonia en dónde viven, por su horóscopo, ideología o raza ¿no resulta peligroso? Cómo puede afectar el constructo de nuestro pensamiento basar nuestra lógica en las siguientes premisas: “Un rubio es menos bueno que un moreno” o “Un moreno es mejor persona que un rubio”. ¿Nuestro tono de piel nos define en el mundo?

Talavera Cabaret, crea una dramaturgia basada en este tipo de premisas. La lógica se pierde y a veces cuesta trabajo entender lo que sucede dentro de la historia porque el universo no queda establecido y se rompe a gusto de los intérprete. A veces cuesta trabajo entender qué pasa y por qué suceden las cosas.

Apelar a las diferencias a través de una dramaturgia discursiva tiene como resultado una comedia de ideología. En donde el problema de la sociedad es ser blanco o español, moreno o prieto.

Mostrar y no decir es parte esencial de la acción dramática. Sin embargo, los chiscxs de Talavera Cabaret parecen inmunes a esa premisa, así como el de no respetar su propio universo. Es indiscutible que las interpretaciones de los actores tienen bases en el corazón y se entregan a cada momento, pero la ficción, como el cabaret no sólo es corazón es un constructo; un artificio estético y crítico de la sociedad y por qué no también del arte.

Es interesante conocer el trabajo de esta compañía y ver cómo su trabajo se adapta a la Ciudad de México. A veces los recursos sonoros y gags se desgastan repitiendo el mismo chiste más de tres veces.

¿Por qué tomar al problema del racismo atacando el color de piel de otra persona? ¿Por qué no mostrar lo que un individuo hace a otra persona? ¿Acaso nuestras conductas humanas no son patrones que se repiten infinitamente y podemos sentirnos identificados con las acciones del otro o ver al otro a través de sus acciones? ¿Es el color de nuestra piel lo que dicta nuestra inteligencia y bondad? ¿Es la aceptación de la ideología una manera de juzgar al mundo? ¿No es importante cuestionar y criticar incluso aquello que nos parece afín? ¿No es el cabaret una denuncia más que una ideología?

Las hijas del Aztlán

Por Viridiana Nárud (@viridianaeunice)

Regresar al teatro después de los estragos de esta pandemia me resulta cada vez más impactante. Pensar en las voces obligadas a guardar silencio. Es cierto que el teatro encontró durante esta pandemia nuevas maneras de expresión a través del streaming, sin embargo, jamás podrá compararse con la fuerza de un actor sobre el escenario dirigiéndose al público. Eso es lo que pensé mientras veía a Luis Montalvo gritando ¡Tercera llamada! ¡Comenzamos!

 

Los actores frente al escenario, la fuerza de su cuerpo y voz proyectándose al público. Dejando el alma porque actuar sobre el escenario es dejar un poco de nosotros en éste. La actuación de Javier Cruz miembro de la compañía de teatro penitenciario, es siempre emocionante, la piel se eriza, porque va dejando un poco de su alma en el escenario, lo mismo pasa con Ismael Corona.

 

Como es costumbre en los espectáculos de César Enríquez, primero desarma al espectador con la risa, con la manera superficial de hablar temas profundos, para después darnos una bofetada y hacernos llorar. La manera de entretejer la trama nos deja atónitos y nos recuerda el porqué uno iba a teatro: para experimentar la catarsis, ese hecho que nos permite purificarnos y creer que podemos cambiar algo en nosotros o en el mundo.

 

El teatro ha regresado, los actores lo habitan y las emociones hablan a través de sus voces de denuncia. Muestra el cáncer de las sociedades. En el año judío nos encontramos en el 5778 lo que significa que son más de cinco mil años errando como humanidad ante el maltrato a la mujer.

 

El feminicidio, la ablación femenina, la muertas del estado de México, Juárez, en la Ciudad de México, en toda la República, consumen nuestra realidad. ¿Qué hacer? ¿Reeducarnos cómo mujeres? ¿Dejar atrás patrones de violencia inconscientes en nuestras relaciones? ¿Los hombre deben reeducarse? ¿Es esa la solución? ¿Existe una solución? Las hijas de Aztlán más que respuestas, arrojan preguntas.

Abrazar la vida / Honrar a los muertos Parte 1

Por Johana Trujillo

Acompañar y transcender son palabras que conectan la vida y la muerte. Sin embargo, cambia la experiencia y significado para cada persona. La muerte puede significar un ritual de despedida; una oportunidad para vivir una última convivencia e incluso una experiencia de usar un atuendo negro (de este lado del mundo).

 

La primera parte de Abrazar la vida / Honrar a los muertos está dividida en tres momentos: acompañar, el ataúd móvil y trascender. En acompañar, me invitan al dialogo y a la reflexión desde una pregunta disparadora: “¿Por qué la muerte está asociada con la tristeza y la vida con la felicidad?”

 

La compañía francomexicana Teatro Entre 2 tomó la calles de la antigua Tenochtitlán para recordarnos que la vida vale la pena si se vive, pero también para cuestionar nuestras ideas sobre la muerte. El ataúd móvil es una iniciativa de El Hogar que integra la muerte a la vida cotidiana en las calles de la Ciudad de México. Con él ponen en el espacio público la discusión sobre el miedo a la muerte. Al rodar por las calles un ataúd, descontextualizan y provocan la reflexión sobre la forma en que hemos aprendido a ver la muerte.

 

Trascender el llanto y el lamento que nos evoca el concepto de muerte para ver qué pasa si aparece el gozo, el baile y la música para abrazar la vida mientras honramos a nuestros muertos.

Abrazar la vida / Honrar a los muertos es una extensión en línea de la intervención urbana “Funeral sobre ruedas, una intervención sin miedo”, que realizaron en noviembre de 2020, a manera de homenaje a los muertos que se fueron a lo largo de ese año tan peculiar en el que, más que nunca, se sintió la cercanía de la muerte en la vida de todos.

 

Esta extensión en línea consta de dos partes presentadas desde el Facebook del Museo Universitario del Chopo, el 27 y 28 de marzo, con coproducción de Teatro Entre 2, El Hogar Colectivo y Poráy. El proyecto dirigido por Arnaud Charpentier, contó con la dirección de fotografía de Carlos Abraham, la edición de Mara Arteaga y la composición musical de Jerónimo Zóe Serna. Los actores participantes fueron Francia Castañeda, Meraqui Pradis, Marco Guagnelli, Paola Herrera, Alexandre Doyhamboure, José Ponce, Xóchitl Galindres y Arnaud Charpentier.