Deshuesadero Suite: ¿se puede hacer humor de algo que no es gracioso?

Por Johana Trujillo A.

Carolina Pimentel es directora especializada en teatro de máscaras y títeres, y forma parte del colectivo Deshuesadero T. Junto a Alfredo Romero y Daniel Loyola idearon en 2018 el espectáculo Deshuesadero Suite, como resultado de una residencia artística en Dell’Arte International en Blue Lake, California. La presentación del espectáculo los retó a enfrentarse a un público que no hablaba español.

“Fue muy interesante como lo recibieron porque entendieron todo. En California no se da tanto el fenómeno de las desapariciones, es un tema que ven en las noticias. Entonces se acercaban con mucho respeto pero también impactados de que les contamos una historia, entendieron todo el contexto sin ninguna palabra. Esa fue la mayor influencia, el poder comunicarnos con personas que no hablan nuestro idioma”, comparte Carolina.

Carolina, Alfredo y Daniel escriben, dirigen e interpretan este espectáculo que explora los bordes entre sufrir con la pesadilla y bailar con ella. Una mujer es raptada por dos hombres que la meten en un costal. Con su fotografía en mano, una anciana va en su búsqueda y, cuando finalmente cree haberla encontrado, su trabajo parece ser en vano tras la aparición de un inmenso costal lleno de cuerpos, que se traga lo que está a su alcance.

Sin emplear una palabra y haciendo únicamente uso del movimiento, la máscara y la música, logran representar la grave situación de la desaparición forzada y tráfico humano en México donde hay más de 100,000 personas desapariciones registradas oficialmente. En muchos casos las desapariciones no se denuncian por lo que la cifra puede ser aún mayor, reflejando un patrón crónico de impunidad, a la que la sociedad se ha vuelto cada vez más indolente.

“Algo que nos llamó mucho la atención es que es parte de un sistema económico también, es decir, muchas de estas desapariciones están ligadas al narcotráfico, a la trata de personas, a la venta de órganos. De pronto los seres humanos se han vuelto una mercancía”, dice Pimentel.

Debajo de esa indolencia ante las desapariciones forzadas hay una negación que protege de vivir una experiencia así, por eso hacer humor de algo que no es gracioso era importante para la producción. “Es tan ridículo que lo hemos normalizado. Nos preguntamos cómo podemos hacerlo tan grotesco, tan obvio que se vuelva ridículo, y se vuelve humor negro”.

Además, no sabemos qué hacer. “Hace unos días desapareció un amigo de alguien de la producción y me decía mi amigo: ‘es que no sabemos que hacer. No sabemos cómo reaccionar. No sabemos qué se hace primero; si se le llama a los familiares, si se pone en las redes sociales o se va a la policía. No hay un protocolo a seguir’”, expresa la actriz.

Deshuesadero Suite nos invita a reflexionar y conversar a través del teatro de máscaras. Esta ocasión se presentará por primera vez con música en vivo creada por Francisco Solis. La escenografía, austera pero con mucho movimiento, estuvo a cargo de Tenzing Ortega, quien falleció el  mes pasado dejando una trayectoria de más de 150 puestas en escena.

Gracias a una producción realizada con el estímulo fiscal del artículo 190 de la LISR (EFIARTES) a través de INTELISIS, en Ciudad de México tendrán una nueva temporada de ocho funciones en el Teatro Benito Juárez, ubicado en Villalongín 15, Colonia Juárez, del 3 al 13 de agosto con funciones los jueves y viernes a las 8pm, el sábado a las 7pm y el domingo a las 6pm. La venta de boletos es en taquilla y ticketmaster con entrada general de $184. Descuento del 50%, sujeto a disponibilidad y limitado a estudiantes de nivel básico, maestros, personas con discapacidad, trabajadores de gobierno y afiliados al INAPAM con credencial vigente.

Finalmente, se presentarán en noviembre en otras ciudades del país como en Tijuana, Baja California; en Tlaxcala, Tlaxcala; en Zamora, Michoacán; y en Celaya, Guanajuato.