
Mayo o una invitación a explorar temas y disciplinas artísticas
Por Guillermo Bejarano Becerril / Foto: Luis Quiróz
Un escenario que se sostiene por elementos visuales que aparentan ser la crujía de un barco, el sonido, la iluminación y la ambientación indican que se está en el mar, y dos elementos tan importantes como la imaginación y la contemplación de ver una vida, mejor dicho, varias vidas que se han ido de un lugar porque las circunstancias lo obligan, así recibe a uno la puesta teatral: Mayo.
Mayo cuenta la historia de una niña de siete años, que vive en 1917, pero una noche, sus padres le dicen: “Toma tus cosas, tenemos que irnos”. Con prisa, ella toma su muñeca favorita, un pequeño baúl con tres libros, una radio y aborda un barco. Con desconcierto, la niña aborda el navío sin saber qué es lo que le depara el futuro, si este viaje es de ida y de regreso o se convierte en un viaje de descubrimiento.
A través de sesenta minutos, Mayo, obra de Claudia Guerrero y Sandra Rosales y con la coreografía de Víctor Ruiz, no sólo narra el viaje-travesía de la protagonista Mayo —interpretada por Inés Buxadé— que viaja en un barco, sino también muestra cómo es que una persona de su edad comprende y entiende el mundo con las herramientas que tiene a la mano y poco a poco evoluciona y cambia. Por ejemplo, una radio que —con las participaciones de Irma Sánchez Gutiérrez y Edwin Calderón cantan, musicalizan y actúan en todo momento— se convierte en amigo, informante y escucha de la niña; con la personificación de sus sentires y pensares: Secretos —interpretado por Mauricio Rico— Memoria —interpretado por Mario Gómez Villareal—, Tiempo —interpretado por Jonathan Alavés— Sueños —interpretado por Patricia Marín Escutia— e Incertidumbre —interpretado por Ana Paula Ricalde—, se encargan de recordarle y ayudarle a Mayo quién es, de dónde viene y hacía dónde ella quiere ir porque, después de todo, esto no queda a la suerte o al azar, sino en ella misma. Es necesario también mencionar y recordar que, gracias a la iluminación —realizada por Félix Arroyo— y a la musicalización —realizada por Gilberto Pinzón—, la obra es dinámica y transporta al espectador a cada una de las escenas ejecutadas porque con la luz y la música se consiguen las transiciones de escena, de espacio, la incorporación de los bailarines y de nuevos personajes y, sobre todo, recordar que Mayo se encuentra en el mar, sueña o hace una introspección a su vida (identidad, memoria, pasado, futuro y más). En pocas palabras, gracias a la incorporación y la integración de cada elemento la obra no se detiene, continúa y conecta escena a escena, momento a momento, emoción con emoción.
Mayo se contextualiza en años cruciales como lo son 1917, 1923-1924 y 1933, donde, en cada uno inician o suceden hechos históricos, tales como son la Primera y Segunda Guerra Mundial, los Convenios de Ginebra y los actos de censura, por mencionar uno y que sucede en la obra, los efectuados por simpatizantes nazis: la quema de libros, con lo que se buscaba una purificación y la exclusión de los no simpatizantes del régimen. Asimismo, es necesario recordar que en pleno cuarto del siglo XXI, en Gaza, está ocurriendo un genocidio, donde adultos, jóvenes y niños padecen las consecuencias y estragos de un conflicto armado.
Mayo no es sólo una obra teatral que nos recuerda los estragos y consecuencias de la guerra, de la violencia, de la migración, de la (no) pertenencia o de la pérdida, sino también es un reencuentro con la esperanza, la visibilización y presencia de las infancias y juventudes en escenarios hostiles y cómo estas se ven afectadas. No obstante, ellas y ellos encuentran-crean refugios para comprenderse y escucharse así mismos. Sin olvidar que todas las artes están conectadas y conviven unas con otras.
Mayo se presentará, hasta el 15 de diciembre, en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico. Ubicado en Avenida Revolución 1500, esquina con Manuel M. Ponce, Guadalupe Inn, Álvaro Obregón, 01020 Ciudad de México, CDMX. Funciones sábado y domingo a las 13:00 hrs.
GUILLERMO BEJARANO BECERRIL (Ciudad de México, 1998) poeta y estudioso de la literatura mexicana. Estudió la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. Ha colaborado en los proyectos Soga viviente y Vida y obra de José Juan Tablada. Ha publicado en las revistas: Revista Zur; Pérgola de humo; Punto en línea, Casa del tiempo, Pirandante. Revista de Lengua y Literatura Hispanoamericana y más.