
Yo no soy Masina, hablemos del amor romántico
Por Johana Trujillo / Foto: Martín Gorostiola
Lo que antes era el patio de espera del Foro La Gruta hoy es el Foro Alternativo del Centro Cultural Helenico donde se presenta Yo no soy Masina. En el escenario vemos una mesa, una silla, una foto de la actriz italiana Giulietta Masina y una computadora.
Zuadd Atala nos ha convocado a la conferencia clownbaretera con una pisca de music hall: Yo no soy Masina bajo la dirección de su compañía larubia.co —nombre inspirado en dicha actriz italiana— un proyecto escénico que surge hace 10 años y cuyos espectáculos tienen prácticas corporales y coreográficas, y la dramaturgia parte de materiales de la realidad.
Cuando Zuadd estudiaba Artes Escénicas, su profesor de actuación le dijo que era muy parecida a Masinas. Si bien la consideraba una gran actriz, ella quería ser más que Gersomina, Cabiria o Giulietta, tres personajes icónicos que Masina (1921) interpretó en las películas La strada (1954), Las noches de Cabiria (1957) y Giulietta de los espíritus (1965), dirigidas por Federico Fellini y con quien mantuvo una larga y compleja relación amorosa, desde el 30 de octubre de 1943 hasta octubre de 1993 que el director falleció, justo medio siglo de matrimonio.
La anécdota del parecido con Giulietta es mero pretexto para hablar del amor romántico que representan esos tres personajes. Gersomina por ejemplo, fue vendida por su madre teniendo que estar con un hombre en contra de su voluntad; Cabiria era una prostituta que esperaba ser rescatada por un hombre para hacer la familia soñada, y Giuletta era una esposa adinerada que cerraba los ojos para no ver la infidelidad de su marido.
Para Atala, estos personajes evidencian los roles de aquella época con una idea convencional del amor aunque lo que vivan en realidad sea desamor. Se incomodan de los lugares pero no escapan de ellos. No rompen el molde. Ella investigó por años la vida personal de la actriz, miró sus películas de manera minuciosa. La comparó con muchas mujeres más concluyendo que no se parece en nada, que de ella se sabe en realidad muy poco y que si Fellini viviera “estaría en la hoguera de los acosadores”.
Además, explica que “Federico Fellini trabajaba mucho con la dualidad del augusto y el cara blanca, el amo y el esclavo, el fuerte y el débil”. Son roles que reflejan relaciones de poder que se ven en muchas de las historias de amor que consumimos por lo que Yo no soy Masina es una crítica al amor romántico.
La obra estará en temporada hasta el 15 de diciembre con funciones los sábados y domingos a las 20:00 h en el Foro Alternativo del Centro Cultural Helénico, ubicado en avenida Revolución 1500. El costo del boleto es de $238 y pueden adquirirse en las taquillas del Centro Cultural Helénico, o en la página: helenico.gob.mx.
JOHANA TRUJILLO. Espectadora del teatro cultural de CDMX desde 2007. Siempre gustosa de ir al encuentro con una obra de teatro y contar sobre ese encuentro. Fundadora y editora de Distrito Teatral desde 2012. Diseñadora gráfica que también diseña estrategias de comunicación y crea contenido para proyectos culturales y ambientales.