Épica de la inmediatez o un retrato de la sociedad mexicana contemporánea

Por Guillermo Bejarano Becerril

Según diferentes estadísticas, portales y bases de datos, se promedia que, en México, diariamente desaparecen entre 14 y 32 personas para no volver a ser vistas; sin embargo, con la esperanza de que regresen a casa un día o hasta encontrarlos. No obstante, de acuerdo con la versión estadística del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), desde el 31 de diciembre de 1952 hasta el día en que se escribe este texto, se documenta que existen 115,766 personas desaparecidas y no localizadas en México. Por lo anterior, parece necesario preguntarse: ¿quién cuenta con las verdaderas cifras?, ¿Es necesario hablar de la desaparición? ¿Qué se ha hecho para visualizar este fenómeno? Si bien las cifras difieren, resulta incuestionable no preocuparse por estos datos, que promedian la desaparición forzada en México y la necesidad de abordarla y denunciarla desde cualquier trinchera, tal como lo ha hecho la literatura y el teatro contemporáneo.

Actualmente, títulos literarios como Severiana (2010), Formas de volver a casa (2011), Canción de protesta por lxs jóvenes detenidxs desaparecidxs (2023), y otros tantos libros u obras de teatro como Cosas pequeñas y extraordinarias o El día que las estrellas dejaron de brillar, por mencionar algunas, dan muestra de que la desaparición forzada no excluye a nadie, pues afecta a niños, niñas, jóvenes y adultos y una de las mejores maneras para hacerle frente es mostrar, evidenciar  y denunciar que pasa y sucede. No obstante, también se (re)suma la obra de teatro Épica de la inmediatez —del director y dramaturgo Hugo Wirth—.

Estrenada en 2017, pero ahora con una nueva producción, elenco y localidad, Épica de la inmediatez   explora el tema de la desaparición forzada, pero sin excluir también los inconvenientes que existen alrededor o “detrás” de ella, es decir, el entorpecimiento de las búsquedas, la poca cooperación de las personas, la tergiversación de la verdad, el abuso y aprovechamiento de otros sólo para su propio beneficio: vender la historia de “sus seres queridos”, como para hacer libros y películas, y enriquecerse por la tragedia de su desaparecido.

A través de 120 minutos, el colectivo teatral El manatí rosa y con las actuaciones de Estanislao Marín, Roxana Sánchez-Báez, Mena Chávez, Saura Zubiate y Eynar Villanueva presentan una obra ambiciosa, que no sólo apuesta por relatar la desaparición de Luisa —interpretada por Saura Zubiate—, sino también su relación y vínculo con otros personajes, por ejemplo, su hermana Nora —interpretada por Mena Chávez—, quien se comporta como una hermana distante, una hermana que desearía ser hija única, una hermana que se preocupa por su sobrino (hijo de Luisa) o se preocupa, en ocasiones, por la desaparición de su hermana, pero otras veces no; Jesús —interpretado por  Estanislao Marín— un acosador-violentador contradictorio, que a veces actúa como uno; en otras, evade y esquiva las opiniones para, finalmente, demostrar su naturaleza; un maestro de matemáticas —interpretado por Eynar Villanueva— que se concibe como irrelevante, pero teje mentiras para incorporarse a la vida de Luisa; Susana —interpretada por Roxana Sánchez-Báez—, una mujer que repite ciclos y parejas violetas; una mujer a la que, Jesús, Nora y otros, conciben como una mujer tonta e ingenua; sin embargo, se aprovecha del caso de Luisa; Carlos —interpretado nuevamente por Mena Chávez, quien encarna dos papeles y uno pensaría que son dos distintos por lo alejados que se encuentran uno de otro, aunque comparten un tema en común: la violencia—, quien, como Jesús, abusa de Susana. Por si esto no fuera suficiente, la pieza teatral integra en todo momento al espectador, pues lo hace partícipe de la historia, no sólo como un observador, ya que puede desplazarse con los actores, conocer otros espacios. Además de lo que observan —de manera virtual y con ayuda de sus teléfonos inteligentes—, los asistentes pueden recolectar otras pistas para así conocer más sobre Luisa, de otros personajes o de su relación entre ellos.

Si bien Épica de la inmediatez resulta ser toda una apuesta y experimentación teatral, también es necesario reconocer otros elementos que en ella habitan, tal como son la iluminación —a cargo de Violeta Arista— porque con esta se marca si los espacios son los de una casa, un departamento, una cafetería, una habitación o el exterior; así como de la musicalización —de Michel Loeza—, la cual permite acceder a una mayor intimidad de cada personaje: cada sonido es una extensión más, tanto de los personajes como del espacio. Épica de la inmediatez es una obra que relata lo que sucede en el día a día de un mexicano, desde entornos de violencia, desapariciones o una inmersión total o parcial en las redes sociales —donde se encuentra el ocio, la desinformación y el morbo— o las precarias condiciones laborales. En pocas palabras, la obra de Wirth captura lo que no es ajeno, ni extraño para muchos, muchas, muchxs.

Épica de la inmediatez se presentará, hasta el 27 de octubre de 2024, en el Centro Cultural Maquinas Simples, ubicado en Miguel de Mendoza 39, a unas cuadras de la estación del metro Barranca del muerto, colonia Merced Gómez, alcaldía Álvaro Obregón, 01600, Ciudad de México, México. Funciones: sábados, a las 19 hrs;  domingos, a las 18 hrs. Aforo limitado a 20 personas.

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Guillermo Bejarano Becerril (Ciudad de México, 1998) poeta y estudioso de la literatura mexicana. Estudió la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. Ha colaborado en los proyectos Soga viviente y Vida y obra de José Juan Tablada. Ha publicado en las revistas: Revista Zur; Pérgola de humo; Punto en línea, Casa del tiempo, Pirandante. Revista de Lengua y Literatura Hispanoamericana, Revista Universitaria y más.