Mi corazón es una blanda furia

Por Viridiana Nárud

Es lunes, si no salgo a tiempo el tráfico podría hacer que mi trayecto dure dos horas en lugar de treinta minutos. Llego al Teatro La Capilla, espacio que permanece congelado en el tiempo, parece que comienza a mimetizarse con todos los fantasmas que la han habitado. Leo un libro en donde se me presentan las siguientes interrogantes: ¿Cuál es la función del arte? ¿Cuál es la función del teatro? Entro a ver Mi corazón es una blanda furia, escrita por José Emilio Hernández que busca emular el teatro del absurdo.

Un personaje delirante, un enloquecido por un amor que lo extravía hasta encontrar la muerte. La trama que presenta el autor es confusa, si bien es cierto que el absurdo en apariencia se encuentra carente de significado y sus diálogo caen en la repetición, siempre enuncia en su profundidad cuestionamientos existenciales del individuo y una crítica a la sociedad.

Aun cuando no se le asociara al autor con este género, la comedia en esta obra está muy bien llevada hasta el primer final, en donde el autor termina diciendo que su corazón es una blanda furia, sin embargo, decide llevar más lejos la paciencia del espectador haciendo peripecias que no tienen lógica dentro del texto y que sólo aumentan el morbo del espectador-voyeur. Remarco lo siguiente: la capacidad del autor de saber llevar la comedia es hilarante.

Ahora hablemos de la actuación de Héctor Sandoval. La interpretación de este actor nos recuerda cómo un gran actor puede hacer de un texto de mediana fuerza, una gran puesta en escena. Su capacidad de entender el género e interpretarlo desde una realidad dolorosa del personaje, y no con la hilaridad propia del texto, nos hace como espectadores sentir de manera desgarradora y cómica la profunda soledad de este personaje. Un hombre que ama con locura a Adal Ramones y que está dispuesto a todo incluso a morir con tal de volver a ver a su amado.

El ritmo de la obra es muy bien entendido ya que como espectadores nos hace transitar desde la risa, el morbo de lo obsceno hasta el dolor de un hombre que se encuentra perdido desde que perdió su gran amor. Esto nos hace ver que la directora Laura Margarita ha comprendido a la perfección el texto. Con elementos mínimos de producción tienen como resultado que toda la atención se vuelque en el actor. Esto nos recuerda que a veces menos es más y que para hacer teatro sólo se necesita un actor en el escenario y el público.

Para responder a las preguntas con las que inicié esta obra: El arte es un encuentro de paz, el artista se encuentra encargado de brindar significado a la vida del ser humano. De eso depende la transcendencia de la obra, de su capacidad de revelar símbolos e imágenes a quien lo consume. Mi corazón es una blanda furia es una obra en donde los hilos de la trama a pesar de su absurdo no logra hilarse, lo que también habla de nuestro presente; la actuación de Héctor Sandoval y la dirección de Laura Margarita demuestran el viaje quijotesco de los artistas: Hacer teatro aun para no vencer. Estos dos últimos revelan la emoción humana y locura que deja el desamor, el extravío que este provoca. Ahí radica la humanidad.

La obra se presenta los lunes a las 20:00 hrs hasta el 7 de octubre en el Teatro La Capilla (Madrid #13, Del Carmen, Coyoacán). Entrada general $250. Compra de boletos en boletopolis.com

 


VIRIDIANA NÁRUD. Escritora por necesidad, teatrera por convicción. Ha trabajado como directora, dramaturga y productora teatral, ha presentado obras en foros alternativos como: El Trolebús Escénico, Foro Shakespeare, Pandeo, Lucerna… Muchas veces se ha preguntado el por qué habría de escribir. Llegó a una conclusión: la realidad no le es suficiente. Cree que el mundo exterior tiene que ser revelado a través de esclarecimiento de las ideas y por ello el ejercicio de la crítica es fundamental. Egresada de la Escuela de Escritores SOGEM.