Lo que queda de nosotros: “un abrazo al corazón”

Por Johana Trujillo / Fotos: cortesía de Pas Producciones

Lo que queda de nosotros, escrita por Sara Pinet y Alejandro Ricaño, es un viaje por el abandono animal y el duelo de perder a seres queridos retomado por PAS Producciones. Su montaje se estrenó en febrero de este año en el Foro Shakespeare pero ahora se presenta en la Sala A de La Teatrería.

El dolor de perder a su madre y luego a su padre obliga a Nata a abandonar a Toto, su perro, para así no tener más vínculos afectivos con nadie. Desde ese momento sus vidas no serán las mismas: Toto se enfrentará a su nueva y difícil vida en la calle, mientras que Nata se sentirá más sola y triste que nunca.

Creo que el tema que aborda Lo que queda de nosotros es profundo y en Distrito Teatral nos gusta promover el teatro que nos conmueve, que nos hace reflexionar y sobretodo que quiere dialogar de ello en la niñez. Platicamos con Karen Furlong al respecto.

“Todos hemos pasado por un proceso de duelo de alguna u otra manera”, dice, “lamentablemente, justo que ahora fue lo de la pandemia, todos estuvimos cerca a una situación así. Desde perder incluso nuestra libertad, el poder salir a la calle, o poder ver a la gente que queremos, y hacer nuestras actividades normales, desde ahí fue una pérdida. La gente se va a sentir muy identificada en el sentido de las pérdidas.”

Por otro lado, Toto es un perro que “perdona a pesar de todo”, que “no guarda rencor. De hecho, Nata en un momento lo dice: «Un perro que me lamió la cara como los perros que son incapaces de guardar rencor». Y me parece que eso es muy conmovedor: el momento en que te das cuenta que tienes a un ser incondicional a tu lado, que no te va a abandonar; te va a perdonar a pesar de todo, a pesar de tus errores”.

Hace un par de días escuchaba el teaser del podcast Crecer en distopía, narrado por Daniela Rea, que nació de la necesidad de imaginar mejores posibilidades para niños y adolescentes en tiempos de pandemia. Eso me recordó que a veces se piensa en la niñez como un periodo en el que no se piensa, que los niños y niñas son “tontitos” aunque a veces sus preguntas y reflexiones puedan sorprendernos por su profundidad. En ese sentido, ¿cómo le habla el montaje a los niños sobre el duelo y el abandono de mascotas?

“En un ensayo lo platicábamos…Hay una escena en la que Nata le dice a su tía «sabías que nueve millones de niños mueren en agonía?» Platicábamos desde la intención en la que decíamos este texto y el director quería recalcar que no se dijera desde un lugar grosero. Era desde un lugar honesto, desde un lugar de un niño diciendo ‘oye, ubiquémonos”.

Recuerdo el montaje de Sara Pinet y Alejandro Ricaño en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque, pero lo que PAS Producciones trae a la mesa, y que me llamó la atención, es el teatro de sombras. Para Karen, juega un papel importante ya que, al ser narraturgia, aligera la experiencias del espectador al no tener a los actores todo el tiempo narrando monólogos. “Algunos personajes que nosotros les damos voz, su forma física la terminan de dar las sombras que hace Fátima Ramírez. Por ejemplo, la Cigüeña es un papel importante en la obra, anda por ahí un poco para situar al público en los lugares; cuando Toto va en la ciudad, está en el parque”.

El personaje principal, como cualquier adolescente, está entendiendo lo que significa crecer, pero también lo que significan las pérdidas. Nata “está teniendo una pérdida muy fuerte en su vida”, pero en un punto decide tomar responsabilidad sobre el abandono de su mascota. “Me parece bien lindo porque entiende que las cosas que uno hace hay que resolverlas. Y este es un gran mensaje que a veces al crecer se nos olvida: el hacernos responsables de nuestras acciones. Entender que los animales no se desechan de esa manera”.

“Lo bonito de esta obra es que no termina de una forma drástica sino que termina con un abrazo al corazón”. Lo que queda de nosotros cuenta con las actuaciones de Said Sandoval (director y productor) y Cinthya Annel (también productora) quienes alternan funciones con Memo Dorantes y Karen Furlong. El teatro de sombras está a cargo de la titiritera Fátima Ramírez y la música en vivo de Anne Yvker (guitarrista) y Carlos Gógora. La iluminación es de Iván Sotelo, Bastidores Novus Art y Liss Elegance Satín (escenografía), también Said Sandoval está en el vestuario e iluminación.

Se presenta los domingos a las 12:30 horas, hasta el 27 de noviembre en la Sala A de La Teatrería, ubicada en Tabasco 153, col. Roma Norte. Los boletos tienen un costo de $300 pesos y $250 con descuento para INAPAM, discapacidad y estudiantes con credencial vigente. Se pueden adquirir en la taquilla del recinto o a través de https://lateatreria.boletosenlinea.events/