NUEVA YORK VERSUS EL ZAPOTITO

Sueños que se quedan en el camino

Por Mireya Flores Marín* (@MireyaFloresM)

nyversisZapotito

El reencuentro entre madre e hija es la causa que trae a escena un sin número de retratos que oscilan entre lo real y lo onírico. La hija partió a Nueva York en busca del sueño americano y después de muchos años regresa -tal y como lo prometió- a su tierra de origen, no para quedarse, sino para llevarse consigo a su madre.

Ese regreso significa el encuentro con las raíces, esas que se quisieron arrancar súbitamente pero que siempre tienen para seguir brotando en lo más profundo de cada uno; es una vuelta hacia lo que uno quisiera negar por ser doloroso: duele la patria, duele la madre, duele la familia, duelen los amigos, y duelen los sueños. Ahí, pueblo en olvido, no hay tiempo ni espacio para hacerse de una vida, el viento ha arrasado con todos, los ha llevado “al otro lado” donde dicen que es posible soñar con la libertad de ser y hacer: “allá voy a aprender, voy a trabajar, voy a tener hijos”.

En medio de la noche, ambas reviven el pasado, y en un intento por conciliarse con su tierra, la madre, quien además es dueña de un circo, junto con su asistente mago o chamán muestra a la hija diversas escenas de cine y actos de magia que buscan conmemorar al Zapotito alegre que ya no es posible ver. Estas escenas otorgan a la puesta momentos emotivos y de ensueño al representar escenas del cine mudo con la expresión física y sensible propia de estos filmes. Lo mismo sucede con la representación de los actos de magia, a través de los cuales se rescata una tradición popular sobre la mitológica existencia de fenómenos como el de la mujer serpiente. La parte más ágil de la puesta. Sin embargo, ese mundo extraordinario del cine y el circo, quedan atrás cuando la historia da un vuelco y nos sorprende: cruzar la frontera es una aventura que pocos consiguen, dicen que es cuestión de suerte.

Escrita por Verónica Musalem y dirigida por Hilda Valencia, “Nueva York versus el Zapotito”, cuenta con varios elementos destacables, uno de ellos es exponer la migración desde la experiencia femenina para hablar de las muchas razones que llevan a las personas a dejar su pueblo y su familia en busca de una vida mejor, reforzado al abordar la cuestión de los lazos sanguíneos. También, a través de la relación madre e hija, la obra muestra las diferencias generacionales entre ellas y cómo los gustos, las actitudes y los anhelos son diferentes entre una y otra, tan claro como que antes las mujeres decían sí a todo, y ahora cuestionan, encaran y emigran.

La música que acompaña la puesta es fundamental y de lo más disfrutable de inicio a fin. Asimismo, sobresale la actuación de Rosario Zúñiga quien consigue matices perfectos entre las diferentes etapas y facetas de su personaje, así nos presenta tanto a una mujer casi bruja, a la alegre dueña de un circo, a la joven que solía ser y a la vieja que sufre el adiós de su hija. En cuanto a la actuación de María Teresa Paulín Ríos debo decir que en algunos momentos me pareció desmesurada, siendo un poco exagerada en tono vocal y en expresión física. Por su parte, Duane Cochran muestra el manejo de la expresión corporal al representar a un mago que también puede ser un chamán, los movimientos de su cuerpo casi animalescos; sin embargo el manejo de su voz y dicción entorpecen un poco su personaje dándole una apariencia muy plástica.

El espacio escénico construido de manera sencilla y en tonos sepia, evocando el recuerdo y la tierra, nos lleva de vuelta al origen. Las montañas de la Sierra oaxaqueña enmarcan el espacio de representación, más allá de éstas, en el fondo, se puede vislumbrar el camino hacia “la libertad”: Nueva York. La puesta se complementa con maletas que representan el viaje y todas las esperanzas, sorpresas o desilusiones que se puedan llevar en ellas, y utilería que permite a los actores desempeñar diferentes roles.

El trazo escénico nos recuerda los antagonismos, como lo que da título a esta obra; dividiendo el espacio en dos planos donde cada uno servirá para exponer lo que cada lugar tiene para nosotros. El Zapotito como tradición, raíz, recuerdo, y Nueva York como novedad, esperanza y supuesta libertad.

NUEVA YORK VERSUS EL ZAPOTITO
Autor: Verónica Musalem
Dirección: Hilda Valencia
Elenco: Rosario Zúñiga / María Teresa Paulín Ríos / Duane Cochran
Musiclización: Ulises Martínez
Martes y Miércoles 20:00 hrs.
Hasta el 27 de agosto 2014
Teatro Sergio Magaña

*Mireya Flores es Máster en Artes Escénicas por la Universidad de Vigo, España; tiene un posgrado en Políticas y Gestión Cultural con la especialidad en Producción y Difusión de Espectáculos Escénicos por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM); es Licenciada en Ciencias de la Cultura por la Universidad del Claustro de Sor Juana. Además, tiene formación en danza y en teatro.